En su día, para muchos, fue un privilegio el poder suscribir participaciones preferentes con las entidades bancarias y generalmente podían hacerlo aquellos que tenían amistad con algún dirigente bancario porque las participaciones daban muy buenos beneficios por su alto interés y pocos osaban cancelarlas y cuando alguno se veía obligado a sacar el dinero, rápidamente había otro amigo del director bancario que ocupaba la vacante.
Al venir la crisis todas estas participaciones preferentes quedaron inmovilizadas en las entidades bancarias a la vez que la mayoría intentaba rescatar el dinero aportado.
Entre los participantes hay muchos que lejos de preocuparse por las características del contrato que contraían se encharon en manos de amigos bancarios que si no les engañaron, al menos no les informaron y si lo hicieron no tenían la capacidad suficiente de comprender lo que hacían.
FELICES FIESTAS.
Al venir la crisis todas estas participaciones preferentes quedaron inmovilizadas en las entidades bancarias a la vez que la mayoría intentaba rescatar el dinero aportado.
Entre los participantes hay muchos que lejos de preocuparse por las características del contrato que contraían se encharon en manos de amigos bancarios que si no les engañaron, al menos no les informaron y si lo hicieron no tenían la capacidad suficiente de comprender lo que hacían.
FELICES FIESTAS.