El socialismo
Ser socialista sigue hoy en día constituyendo una forma de entender la vida, una actitud inconformista de percibir nuestro entorno, con la voluntad de hacer prevalecer el interés colectivo sobre el interés particular, el bienestar de la mayoría frente a los privilegios de los más poderosos.
Hoy nuestro gran problema como socialistas se sitúa en cómo hacer posible la defensa de estos valores en situaciones cada vez más complejas, donde definir una política que al mismo tiempo conjugue la necesaria eficacia en la tarea de gobernar con el mantenimiento de objetivos sociales irrenunciables como son la igualdad y la solidaridad.
Debemos esforzarnos en repensar y reflexionar para nuestro proyecto presente y futuro como debemos trasladar estos principios a una sociedad cuyo desafío ya podemos ver con total claridad. Desafíos a corto y largo plazo.
¿Cómo se organiza esa sociedad?
¿Cómo se frena el nuevo fundamentalismo ultraliberal? Que nos dice que todo esto lo va arreglar el mercado y que no nos preocupemos porque cada vez que intervenimos lo que hacemos es retrasar la respuesta que el sabio mercado esta en condiciones de dar.
Como no podemos confiar en ningún fundamentalismo después de lo pasado en el siglo XX el socialismo es el freno que deberemos presentar, con un proyecto político y social basado en tres pilares fundamentales la libertad la solidaridad y la igualdad.
El debate es hoy más sencillo de lo que se piensa es casi innecesario. El fundamentalismo por esencia anula todo tipo de debate y discusiones. El camino esta trazado. Como siempre cualquiera en el ejercicio de su propia reflexión o de sus convicciones que se aparte de este camino en el mejor de los casos es un “revisionista” y en el peor de los casos un “traidor”
(Ejemplos los tenemos a diario en este foro)
Además estos salva patrias desdeñan los problemas inmediatos puesto que se centran en los objetivos de un modelo ya acabado y obvian el debate sobre los caminos que conducen a él, porque no existen. Sin embargo, la realidad nos lleva a pensar que la tarea inmediata consiste ni más ni menos, en ser capaces de establecer cómo se gestiona el presente para ganar el futuro que queremos.
Dicho mas sencillamente por Victoria Camps: “Ser de izquierdas significa ser capaces de pensar en los demás y pensar en el futuro.
EL socialismo hoy piensa en los demás y además en el futuro, no se trata de especular con el futuro desde la comodidad de quien no tiene ni desea responsabilidades de gobierno, sino muy al contrario asumir esas responsabilidades pensando en los demás y en el futuro, aunque eso nos lleve a sufrir el descredito político de una clase social que hoy se siente maltratada, pero que en un futuro no lejano comprenderá que fueron necesario sacrificios para lograr objetivos irrenunciables. Igualdad, solidaridad.
Seguro que en el camino cometemos y cometeremos errores pero los logros que obtengamos serán infinitamente mayores que los que podamos lograr con el fundamentalismo ultraliberal.
Ser socialista sigue hoy en día constituyendo una forma de entender la vida, una actitud inconformista de percibir nuestro entorno, con la voluntad de hacer prevalecer el interés colectivo sobre el interés particular, el bienestar de la mayoría frente a los privilegios de los más poderosos.
Hoy nuestro gran problema como socialistas se sitúa en cómo hacer posible la defensa de estos valores en situaciones cada vez más complejas, donde definir una política que al mismo tiempo conjugue la necesaria eficacia en la tarea de gobernar con el mantenimiento de objetivos sociales irrenunciables como son la igualdad y la solidaridad.
Debemos esforzarnos en repensar y reflexionar para nuestro proyecto presente y futuro como debemos trasladar estos principios a una sociedad cuyo desafío ya podemos ver con total claridad. Desafíos a corto y largo plazo.
¿Cómo se organiza esa sociedad?
¿Cómo se frena el nuevo fundamentalismo ultraliberal? Que nos dice que todo esto lo va arreglar el mercado y que no nos preocupemos porque cada vez que intervenimos lo que hacemos es retrasar la respuesta que el sabio mercado esta en condiciones de dar.
Como no podemos confiar en ningún fundamentalismo después de lo pasado en el siglo XX el socialismo es el freno que deberemos presentar, con un proyecto político y social basado en tres pilares fundamentales la libertad la solidaridad y la igualdad.
El debate es hoy más sencillo de lo que se piensa es casi innecesario. El fundamentalismo por esencia anula todo tipo de debate y discusiones. El camino esta trazado. Como siempre cualquiera en el ejercicio de su propia reflexión o de sus convicciones que se aparte de este camino en el mejor de los casos es un “revisionista” y en el peor de los casos un “traidor”
(Ejemplos los tenemos a diario en este foro)
Además estos salva patrias desdeñan los problemas inmediatos puesto que se centran en los objetivos de un modelo ya acabado y obvian el debate sobre los caminos que conducen a él, porque no existen. Sin embargo, la realidad nos lleva a pensar que la tarea inmediata consiste ni más ni menos, en ser capaces de establecer cómo se gestiona el presente para ganar el futuro que queremos.
Dicho mas sencillamente por Victoria Camps: “Ser de izquierdas significa ser capaces de pensar en los demás y pensar en el futuro.
EL socialismo hoy piensa en los demás y además en el futuro, no se trata de especular con el futuro desde la comodidad de quien no tiene ni desea responsabilidades de gobierno, sino muy al contrario asumir esas responsabilidades pensando en los demás y en el futuro, aunque eso nos lleve a sufrir el descredito político de una clase social que hoy se siente maltratada, pero que en un futuro no lejano comprenderá que fueron necesario sacrificios para lograr objetivos irrenunciables. Igualdad, solidaridad.
Seguro que en el camino cometemos y cometeremos errores pero los logros que obtengamos serán infinitamente mayores que los que podamos lograr con el fundamentalismo ultraliberal.