En realidad, lo que ha pasado ya se preveía. En la gran estrategia, las cartas estaban marcadas. El PSOE prefiere los nacionalistas totalitarios, que lo son todos, y sus métodos de exclusión política y social y a los comunistas recalcitrantes, antes que al PP para desarrollar la democracia española nacida del proceso de la transición. Nadie duda de que la larga mano del PSOE y del gobierno ha estado detrás de las decisiones de seis de los once magistrados del Constitucional y de que lo ocurrido es el resultado de una esmerada táctica política diseñada por Moncloa de la mano de Rubalcaba.
Por una parte, se impugnaban las listas proterroristas desde el Ministerio del Interior y la Fiscalía y se hacía creer a los ciudadanos que el gobierno y el PSOE estaban en contra de la presencia de Bildu en las elecciones municipales de la democracia española. Para esta fase se contó con el Tribunal Supremo, que no controla el PSOE. Pero por otro, se preparaba el acto final del Tribunal Constitucional, con lo que se hacía, se hace, evidente, que la negociación con ETA está vigente porque lo que está vigente es la estrategia de alianza histórica entre los nacionalismos periféricos, repito, totalitarios, el comunismo residual y la camarilla que dirige los destinos del PSOE.
Seguramente, con esta decisión el PSOE cree que podrá disponer de mayorías suficientes para gobernar durante 30 ó 40 años. Y la realidad así lo ha demostrado. Zapatero lleva años gobernando con el apoyo de los nacionalistas. A Felipe González no le hizo falta más que en 1993. Pero queda algo pendiente: el PP y casi media España, a los que se condena a rumiar en el desierto sin mayor esperanza. ¿Cuál va a ser la consecuencia de esta soledad y cuál va a ser la trascendencia electoral de esta noticia, triste noticia, el día 22 de mayo?
¿Qué futuro nos espera? ¿El exilio interior de la media España que quiere democracia sin terrorismo? De momento, estamos en el fin de la Ley de Partidos, del pacto antiterrorista, el descrédito definitivo del Tribunal Constitucional. Ya es urgente la necesidad de la reforma constitucional que impida que situaciones así puedan volver a repetirse. Que en este país manden los nacionalistas y sus derivaciones pistoleras sobre la mayoría democrática es algo que la inmensa mayoría de los españoles no podemos seguir soportando.
P. D. ¿Se imaginan a Obama pactando con un supuesto partido pro Al Qaeda en Estados Unidos para impedir el ascenso de los republicanos? La oligarquía del socialismo español tiene síntomas de estar moralmente podrida y sus bases harían bien en forjar una rebelión interna decisiva. Como dice muy bien el catedrático de Historia, Antonio Nadal Sánchez, este PSOE, partido al que conoce bien porque estuvo en su ejecutiva al comienzo de la transición, no tiene arreglo. Hay que disolverlo y refundarlo con otras personas, otras bases y otros modos.
Por una parte, se impugnaban las listas proterroristas desde el Ministerio del Interior y la Fiscalía y se hacía creer a los ciudadanos que el gobierno y el PSOE estaban en contra de la presencia de Bildu en las elecciones municipales de la democracia española. Para esta fase se contó con el Tribunal Supremo, que no controla el PSOE. Pero por otro, se preparaba el acto final del Tribunal Constitucional, con lo que se hacía, se hace, evidente, que la negociación con ETA está vigente porque lo que está vigente es la estrategia de alianza histórica entre los nacionalismos periféricos, repito, totalitarios, el comunismo residual y la camarilla que dirige los destinos del PSOE.
Seguramente, con esta decisión el PSOE cree que podrá disponer de mayorías suficientes para gobernar durante 30 ó 40 años. Y la realidad así lo ha demostrado. Zapatero lleva años gobernando con el apoyo de los nacionalistas. A Felipe González no le hizo falta más que en 1993. Pero queda algo pendiente: el PP y casi media España, a los que se condena a rumiar en el desierto sin mayor esperanza. ¿Cuál va a ser la consecuencia de esta soledad y cuál va a ser la trascendencia electoral de esta noticia, triste noticia, el día 22 de mayo?
¿Qué futuro nos espera? ¿El exilio interior de la media España que quiere democracia sin terrorismo? De momento, estamos en el fin de la Ley de Partidos, del pacto antiterrorista, el descrédito definitivo del Tribunal Constitucional. Ya es urgente la necesidad de la reforma constitucional que impida que situaciones así puedan volver a repetirse. Que en este país manden los nacionalistas y sus derivaciones pistoleras sobre la mayoría democrática es algo que la inmensa mayoría de los españoles no podemos seguir soportando.
P. D. ¿Se imaginan a Obama pactando con un supuesto partido pro Al Qaeda en Estados Unidos para impedir el ascenso de los republicanos? La oligarquía del socialismo español tiene síntomas de estar moralmente podrida y sus bases harían bien en forjar una rebelión interna decisiva. Como dice muy bien el catedrático de Historia, Antonio Nadal Sánchez, este PSOE, partido al que conoce bien porque estuvo en su ejecutiva al comienzo de la transición, no tiene arreglo. Hay que disolverlo y refundarlo con otras personas, otras bases y otros modos.