Un pesimista es un optimista bien informado. ZP es un optimista, tan optimista que cree que los problemas se arreglan solos y no hace otra cosa que dormitar en la tumbona satisfecho de que las cosas vayan por el camino que a él le interesa. Su obsesión con implantar la 3ª república es patente, aunque para ello tenga que retrotraer a España a los años treinta.