SOBRE LA MUERTE DEL MARIDO DE FRANCISCA AGUIRRE (1-02-1914)
Francisca Aguirre: «Félix soñaba que los
hombres vivirían para ayudarse»
«Félix Grande era un caballero andante que soñaba con que un día los hombres vivirían para ayudarse los unos a los otros y no para despedazarse entre ellos». Con estas palabras definió ayer al poeta su viuda, Francisca Aguirre, en la capilla ardiente instalada en Tomelloso.
'Paca', como la llaman sus
amigos y también su marido, ha dicho que era un
hombre «idealista» que creía que los seres humanos «debíamos tener ideales y vivirlos con hechos concretos, no con fantasías».
El poeta, narrador, ensayista y flamencólogo, que falleció el jueves en
Madrid y fue enterrado ayer en Tomelloso, pensaba que el pueblo merecía avances y que la vida se mantenía gracias a los hombres que viven de su
trabajo y cumplen con sus obligaciones. Su viuda destacó que admiraba a
Pablo Iglesias y a la Institución Libre de
Enseñanza, pero aparte era un artista, un librepensador al que le gustaban «mucho» las
mujeres: «Yo y otras», ha dicho con una sonrisa.
Francisca Aguirre, muy emocionad, no paró de recibir el pésame de amigos y conocidos durante toda la mañana, señaló que Félix Grande era un defensor «acérrimo» del
flamenco, que «echaba babas, cuando oía a Bach, y lágrimas, oyendo a Shubert, y se le ponían los pelos de punta, cuando escuchaba los nocturnos de Chopin». Y que, además, «lloraba» leyendo a César Vallejo y se le abrían los ojos «como platos» cuando leía «
El Quijote».
'Paca', que conoció a Félix hace sesenta años y estuvo cincuenta casada con él, destacó que su marido siempre fue un hombre de izquierdas, un «humanista» que siempre siguió la senda de su padre y de su
abuelo, conocidos en Tomelloso como 'los palancas'. «Era igual que su abuelo: todo el mundo sabía que, cuando daba la mano, no hacía falta contrato, porque era un hombre de palabra, que no juzgaba a la gente por sus ideas sino por sus actos», aseguró.
A Félix Grande no le importaba lo que pensara cada uno, siempre que sus actos fueran «decentes, honestos y dignos», indicó 'Paca'.
Su viuda también recordó su entusiasmo por la
música y la guitarra y ha comentado que, cuando conocieron a Paco de Lucía, « Félix me dijo: Paca, tengo que retirarme de la guitarra, porque al lado de este bicho no hay quien haga nada».
Félix Grande, que el próximo 4 de febrero, hubiera cumplido 77 años, fue enterrado ayer, en el cementerio de Tomelloso, en la misma sepultura en la que descansan los restos de sus padres.
Durante toda la mañana, numerosas personas se han acercado a la capilla ardiente instalada en el salón de plenos de Tomelloso para despedir a este poeta, que nació en Mérida pero que residió desde los dos hasta los veinte años en Tomelloso.
Desvanecimiento de Ibarra
Uno de los ilustres visitantes de la capilla ardiente de Félix Grande en el
Ayuntamiento de Tomelloso fue el expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien sufrió un desvanecimiento en el salón de plenos en el que se encontraba instalada la misma. Ibarra, al que le unía
amistad con el poeta emeritense, fue evacuado por una ambulancia del 112 hasta el hospital de Tomelloso, donde fuentes sanitarias afirmaron que el
político socialista había sufrido un simple mareo que no había precisado su ingreso.