Con unos retoques
Es la vida que pasa
marcando sentimientos de añoranza.
Tu amor ya no me abrasa,
maldigo la esperanza
que me hizo confïar en tu confianza.
Jugadas de la vida
sin poder controlar nuestro destino;
así quedé rendida,
mi corazón felino
perdió la voluntad en el camino.
Las cárceles del alma,
la pena y los silencios de tu ausencia
que me roban la calma.
Añoro tu presencia
dormida en la quietud de la inconsciencia.
La suerte inoportuna
me legó este recuerdo tan hiriente.
¡Qué falta de fortuna!
¡Oh mundo sorprendente!:
Castigo es recordarte eternamente.
Y en la noche serena
cuando me vence la melancolía,
cuando reina la pena,
soñarte todavía
es mi único consuelo y alegría.
En días de amargura
me castiga la pena de esta huida.
Me tienta la locura,
siento que estoy perdida
sabiendo que he perdido la partida.
Noemí.