La obra poética de Garcilaso de la Vega, compuesta por cuarenta sonetos, cinco
canciones, una oda en liras, dos elegías, una epístola, tres églogas y siete
coplas castellanas y tres odas latinas, se publicó por primera vez en 1543, a modo de apéndice de las Obras de Juan Boscán. La producción lírica de Garcilaso de la Vega, máxima expresión del Renacimiento castellano, se convirtió, desde muy pronto, en una referencia inexcusable para los poetas
españoles, que desde entonces no pudieron ignorar la revolución métrica y estética operada por él en la lírica
española al introducir con Juan Boscán y Diego Hurtado de Mendoza una serie de estrofas (terceto, soneto, lira, octava real, endecasílabos sueltos,
canción en estancias), el verso endecasílabo y su ritmo tritónico, mucho más flexible que el rígido y monótono del dodecasílabo, y el repertorio de temas, estructuras y recursos estilísticos del petrarquismo.