Se hizo tarde, demasiado tarde, amor,
perdida en tus brazos,
dormida en tu boca.
No quise darme cuenta, no quise pensar,
no quise dejar de amarte, ni olvidarte,
ni quise contar, ni quise medir, tan sólo soñar.
¿Me caí muchas veces?. ¿Qué más dá?
Me levanté muchas más y ahí estabas tú,
lloré con lágrimas negras de negro coral.
Dime amor, que te fuiste queriéndome, dímelo.
Dime amor, que te fuiste soñándome, dímelo.
Y al final del camino
verás mis pies desnudos cuajados de rosas
que te hablarán de mí, de mi recorrido
por los edenes del amor y la pasión, donde reina el dolor,
donde impera el olvido, donde todo es temor.
¿Temor de qué?
De volver a perder.
Me conformo con poco, con una
primavera de rosas y vino.
Me conformo con nada, con una
luna llena en la madrugada.
Me conformo con todo, con tu presencia ausente, distante, indiferente.
Y si vuelves a mí, gritará mi voz:
"Se hizo tarde, demasiado tarde, amor"
POEMA LIBRE EMULANDO EL SURREALISMO DE LA GENERACIÓN DEL 27