A la orilla del silencio
el otoño es distinto en tierra inhóspita;
caen las hojas inertes, marrones, rojas, amarillas.
A la orilla del silencio
no se refleja la
luna en las sucias aguas
ni existen ramas para asirme
si caigo a la orilla del silencio.
A la orilla del silencio
no cantan los niños ni los ruiseñores,
sólo las sirenas de los barcos
viven a la orilla del silencio.
Me voy de la orilla del silencio
para morir lejos del río
gris, rojo, marrón, nunca azul
y en cuya orilla nunca hubo silencio.
¿Cotiza en bolsa el silencio?
Jugaría, jugaría, me haría rico para morir,
para vivir siempre
a la orilla del silencio.
Noemí
Poema libre de desencanto y desesperación basado en los
poemas Huida de Nueva York de Federico García Lorca.