Al fondo la catedral de cimborrio bizantino,
mira atenta, mientras desfila EL DIVINO.
Esa corona de espinas hace daño en las entrañas,
en el alma de todas nuestras Españas..

No hay calleja ni rincón
indiferente a tu escarnio
que no sienta el corazón,
que no sienta el sufrimiento,
que no viva el mal momento
sublime de tu pasión.

Son las calles de Zamora,
son las plazas de esta villa,
reviven la maravilla
de esa muerte tan dolora y redentora.

Semana Santa en Castilla, Semana Santa en Zamora.

Noemí