LO QUE PIENSA EL VIEJO PASTOR:
(Bucólicas)
Triste estaba una tarde la pastora
que reinaba en su prado,
y su rostro de lágrimas mojado
delataba las penas del olvido.
Buenos tiempos otrora,
recordaba sumisa:
el amor prohibido,
las diademas de flores,
los campos, estallido de colores.
Y soñaba que era dueña de los cielos,
que dormía entre sábanas muy bellas;
así eran sus anhelos
teniendo por techado las estrellas.
LO QUE PIENSA LA JOVEN PASTORA:
(Bucólicas)
Soy la dueña de las nubes y los cielos,
soy la dueña de un magnífico rebaño,
sacia mi sed el agua de este caño,
mas del viento, te juro, siento celos.
El viento sabe bien de mis anhelos,
el viento sabe bien que año tras año,
en río luz de
luna yo me baño
y estas cosas no sirven de consuelos.
EL AMOR no pasó por la pradera,
segura que el que espera desespera,
estoy triste y por eso me lamento.
EL AMOR no ha llegado todavía,
nada sé de ternuras ni alegría:
la causa de mi triste sufrimiento.
Noemí