Tiempo feliz de amores prohibidos,
de entregar lo más bello de mi ser,
dichosa y embriagada de placer
con gozo del gozar de los sentidos.
Tiempo feliz, sintiendo los latidos
del querer, sin querer y sin saber,
que el amor aunque no quiera creer,
se resiente de penas del olvido.
Tiempo feliz de flores, vino y rosas,
ser y no ser, envuelta en tus caricias,
en luz crepuscular maravillosa.
Tiempo feliz de miles de delicias
muriendo con tus versos y tus prosas,
sin pensar en promesas tan ficticias.
Noemí