Yo daría la vida
por vivir el color de mi terruño
y contemplar la
luna en el momento
en que me hablas de amor.
Y daría la vida
por desandar sin prisas los caminos,
soñar bajo los pinos
quemarme en tu calor.
Y daría la vida
por oler el tomillo y el romero,
escuchar de la aurora los sonidos,
algunos tan queridos
que evocan el pasado
escuchando
cantar al ruiseñor.
Gozar con las historias de la
abuela
en
dulce duermevela.
Y daría la vida
por poder beber agua del arroyo,
por ver atardecer en la cantera,
encontrar la salida...
eternizar la alegre
primavera
de lilas y rosales.
¡Cómo el tiempo pasó!.
Maduran los frutales.
Y daría la vida
por volver a ser yo.
Noemí