El tiempo se paró un día de finales de Mayo,...

El tiempo se paró un día de finales de Mayo,
entró en nuestras vidas
como una mala hierba.
Nos hizo llorar y sembró nuestros cabellos
de fina nieve tardía.

La primavera quedó sembrada de sombras
y el verano venidero sembrado de frío.
Aprendimos a eternizarnos en la espera
y a aceptar el futuro incierto.
Aprendimos a interpretar los silencios,
a llorar sin lágrimas,
a disimular sin pudor,
a no ser nosotros.

Hubiéramos querido ser llama,
ser río, ser playa, ser pan, ser rosa.
Hubiéramos querido no ser vulnerables,
tener el corazón endurecido
y así eternizarnos en el dolor.

Noemí.