Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Traigo hoy aquí un fragmento de las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique, porque se da la circunstancia de que este poeta y soldado del prerrenacimiento, vivió en Siles, mi pueblo, en la Casa de la Tercia, enclavada junto al torreón cilíndrico El Cubo (torre del homenaje del Castillo de Siles); edificaciones ambas que aún hoy se conservan.
Su padre era Rodrigo Manrique de Lara, primer conde de Paredes de Nava, Maestre de la Orden de Santiago y Comendador de Segura de la Sierra, donde residía; pero durante temporadas se bajaba a vivir a Siles, pueblo que era muy de su agrado.
En las coplas, el poeta se lamenta de la muerte de su querido padre. La profundidad del pensamiento al considerar la brevedad de la vida humana, la noble sencillez evocadora de las virtudes de don Rodrigo, la emoción contenida, la sinceridad del verso, la pureza del lenguaje, hacen de esta elegía una de las cimas de la lírica castellana.
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
Traigo hoy aquí un fragmento de las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique, porque se da la circunstancia de que este poeta y soldado del prerrenacimiento, vivió en Siles, mi pueblo, en la Casa de la Tercia, enclavada junto al torreón cilíndrico El Cubo (torre del homenaje del Castillo de Siles); edificaciones ambas que aún hoy se conservan.
Su padre era Rodrigo Manrique de Lara, primer conde de Paredes de Nava, Maestre de la Orden de Santiago y Comendador de Segura de la Sierra, donde residía; pero durante temporadas se bajaba a vivir a Siles, pueblo que era muy de su agrado.
En las coplas, el poeta se lamenta de la muerte de su querido padre. La profundidad del pensamiento al considerar la brevedad de la vida humana, la noble sencillez evocadora de las virtudes de don Rodrigo, la emoción contenida, la sinceridad del verso, la pureza del lenguaje, hacen de esta elegía una de las cimas de la lírica castellana.
Tengo medio escuchado que también La Santa anduvo cerca con sus fundaciones.
Las estrofas se llaman de pie quebrado, 8,8,4...
Feliz día del Carmen. A las siete vamos al Puerto, procesión marinera, sardinada y compra y degustación de productos del Carmelitano; vamos andando porque si bebes no conduzcas...
Abrazos.
Las estrofas se llaman de pie quebrado, 8,8,4...
Feliz día del Carmen. A las siete vamos al Puerto, procesión marinera, sardinada y compra y degustación de productos del Carmelitano; vamos andando porque si bebes no conduzcas...
Abrazos.
La Santa fundó en Beas de Segura (pueblo de esta comarca), el Monasterio de San José del Salvador; su décima fundació y la primera de Andalucía.
También vivió en Beas de Segura, San Juan de la Cruz. Aquí se vino despuès de huir de la prisión de Toledo.
Que lo paséis bien en el puerto. (Yo, salvo estos dos paréntesis, sigo).
También vivió en Beas de Segura, San Juan de la Cruz. Aquí se vino despuès de huir de la prisión de Toledo.
Que lo paséis bien en el puerto. (Yo, salvo estos dos paréntesis, sigo).