Si alguna vez me pierdo
no me busques junto al mar.
No me busques en Euskadi,
donde encontré el amor.
Si alguna vez me pierdo
no estaré en el olivar
donde tantas veces dije
que quería descansar.
Si alguna vez me pierdo
no me busques en lugar cerrado:
Teatro, cine, museo......
Búscame al aire libre
contemplando el vuelo de los pájaros,
escuchando el rumor de un manantial,
oliendo una humilde flor,
disfrutando del sol que dora mi piel.
Si alguna vez me pierdo,
sabrás donde encontrarme:
Soñando, con los ojos cerrados
y mi cansada espalda
apoyada sobre el muro de mi sencilla iglesia,
con la vista en el verde horizonte
de La Ribera de mis ríos.
Nos preguntaremos qué fue
de nuestras vidas, los dos al mismo tiempo
y llenos de nostálgica paz
tomaremos un vino,
un vino en la copa de la vida,
en la copa del amor.
Noemí.
no me busques junto al mar.
No me busques en Euskadi,
donde encontré el amor.
Si alguna vez me pierdo
no estaré en el olivar
donde tantas veces dije
que quería descansar.
Si alguna vez me pierdo
no me busques en lugar cerrado:
Teatro, cine, museo......
Búscame al aire libre
contemplando el vuelo de los pájaros,
escuchando el rumor de un manantial,
oliendo una humilde flor,
disfrutando del sol que dora mi piel.
Si alguna vez me pierdo,
sabrás donde encontrarme:
Soñando, con los ojos cerrados
y mi cansada espalda
apoyada sobre el muro de mi sencilla iglesia,
con la vista en el verde horizonte
de La Ribera de mis ríos.
Nos preguntaremos qué fue
de nuestras vidas, los dos al mismo tiempo
y llenos de nostálgica paz
tomaremos un vino,
un vino en la copa de la vida,
en la copa del amor.
Noemí.
Muy bonito, Noemi. Poema de verso libre de rima y métrica que, en conjunto, viane a contarnos una bella historia.
Un saludo
Un saludo
Cabrero, muchas gracias por tus comentarios.
El poema tiene historia. Todos los lugares citados serían buenos para perderse.
Hoy, el olivar de Pinto está integrado en el gran parque urbano Juan Carlos I. Demasiado bullicio, pero en otros tiempos fue testigo de los juegos y meriendas de mis niños.
Creo que me quedo con mi pueblo y con sus espectaculares atardeceres.
Un abrazo, genio.
El poema tiene historia. Todos los lugares citados serían buenos para perderse.
Hoy, el olivar de Pinto está integrado en el gran parque urbano Juan Carlos I. Demasiado bullicio, pero en otros tiempos fue testigo de los juegos y meriendas de mis niños.
Creo que me quedo con mi pueblo y con sus espectaculares atardeceres.
Un abrazo, genio.