Las incógnitas perduran 80 años después del asesinato...

Las incógnitas perduran 80 años después del asesinato de García Lorca. Su muerte sigue siendo un pozo de misterio, lleno de leyendas, sospechas y testimonios velados por la ley del silencio que se impuso durante la guerra civil y la dictadura franquista.

Dónde está enterrado el poeta granadino, cómo murió y si fue torturado, “porque hay indicios de que sí”. Estas son algunas de las preguntas a las que Ian Gibson, su biógrafo, busca respuesta, sin que ello implique incumplir la voluntad de la familia de no trasladar sus restos. “Nadie quiere sacar de allí los restos de Lorca. Si la familia no quiere, tampoco me parece bien a mí”, cuenta el biógrafo del artista granadino.

El relato mecanografiado el 9 de julio de 1965 en Granada por un policía que no se identifica no deja dudas sobre la responsabilidad política del ejército franquista en la detención y asesinato del poeta en 1936. “El informe es contundente y demuestra que no fue un asesinato callejero, que fue sacado del Gobierno Civil para asesinarlo. Ellos mismos lo dicen”, señala Ian.

Estos documentos vuelven a demostrar que todos los argumentos facilitados por la dictadura eran falsos. El régimen nunca reconoció su implicación en el crimen del poeta, que se convirtió en una de sus grandes incomodidades internacionales. “Hasta la muerte de Franco, el asesinato de Lorca siguió siendo un problema para el régimen”, asegura.