Cientos de botas poderosas siegan
a gritos insensatos de la muerte.
Es la ley del poder y del más fuerte
que la cultura y las bondades niegan.
Viva la muerte sin piedad. Anegan
esos graznidos de cultura inerte
que tentando hasta Dios y hasta la suerte
terror, retrasos, injusticia riegan.
Cruza la plaza alma muerta de pena,
cruza la plaza con conciencia plena
del no convenceréis, sólo insensatos
sois. Sólo vencerá la libertad
y sólo cuando llenos de humildad
esperéis vuestros últimos retratos.
a gritos insensatos de la muerte.
Es la ley del poder y del más fuerte
que la cultura y las bondades niegan.
Viva la muerte sin piedad. Anegan
esos graznidos de cultura inerte
que tentando hasta Dios y hasta la suerte
terror, retrasos, injusticia riegan.
Cruza la plaza alma muerta de pena,
cruza la plaza con conciencia plena
del no convenceréis, sólo insensatos
sois. Sólo vencerá la libertad
y sólo cuando llenos de humildad
esperéis vuestros últimos retratos.
Justamente, esta mañana,/ atendía a mis deseos,/hablando de botas que aplastan.
Justamente esta mañana/ he sentido ese dolor de hombres apaleados,/ y me he sentido heridos por que grito en sus gargantas.../ y el restallar de látigos osados.
Justamente esta mañana/ he sentido ese dolor de hombres apaleados,/ y me he sentido heridos por que grito en sus gargantas.../ y el restallar de látigos osados.