ALGUNOS APUNTES SOBRE EL MODERNISMO: SEMANA DEL 3 AL...

ALGUNOS APUNTES SOBRE EL MODERNISMO: SEMANA DEL 3 AL 9 DE ABRIL, 2017

El concepto de Modernismo es aún objeto de distintas interpretaciones sobre su extensión y límites. Existen 2 posturas:

La más estricta considera al Modernismo como un movimiento literario bien definido, que se desarrolla entre 1885 y 1915, y cuya cima es Rubén Darío. Su imagen más tradicional sería la de una tendencia esteticista y escapista (ó sea, que se evade de los problemas de la sociedad circundante).

A lo anterior se oponen quienes piensan que el Modernismo no es sólo un “movimiento literario”, sino una época y una actitud. Tal interpretación fue defendida por J. R. Jiménez, para quien `el Modernismo fue una tendencia general. Alcanzó a todo. (...) Porque lo que se llama Modernismo no es cosa de escuela ni de forma, sino de actitud'.

Intentando conciliar las 2 posturas, cabría definir el Modernismo literario como un movim de ruptura con la estética vigente, que se inicia en torno a 1880 y cuyo desarrollo fundamental alcanza hasta la Primera Guerra Mundial. Tal ruptura se enlaza con la amplia crisis espiritual del fin de siglo. Y, en ciertos aspectos, su eco se percibe en movimientos o corrientes posteriores.

El espíritu modernista: sus raíces históricas y sociales

A principios de siglo, un joven crítico, E. L. Chavarri, veía en el Modernismo una reacción “contra el espíritu utilitario de la época”, contra un “industrialismo” que lesionaba al hombre. Ello nos invita a situar al Modernismo en su momento, en la citada crisis. En efecto, en sus raíces hay un profundo desacuerdo con la civilización burguesa.

Tanto en Hispanoamérica como en España, la pequeña burguesía se ha visto frenada y postergada por una poderosa oligarquía. Es explicable que los escritores -frecuentemente de origen pequeño-burgués- traduzcan el malestar de aquella clase social y que expresen de diversas formas su oposición o alejamiento del sistema. El mismo Rubén decía detestar la vida y el tiempo en que le tocó nacer.

Se produce así la conocida crisis de la conciencia burguesa. Y de ello deriva la actitud modernista de que habla Juan Ramón. O más bien las `actitudes', pues son diversas las manifestaciones del mismo malestar. Así cabe la franca rebeldía política (por ejemplo, la del escritor cubano José Martí o la de ciertos “jóvenes del 98” en España). Con todo, es más frecuente el caso de quienes -aun adoptando posturas “comprometidas” como hombres -manifiestan literariamente su disconformidad a través de un aislamiento aristocrático y de un refinamiento estético; ello va acompañado muchas veces por actitudes inconformistas como la bohemia, el dandysmo y cietas conductas asociales y amorales.

Tales manifestac han merecido juicios diferentes. Para unos, se trata de “escapismo”, de “elitismo”, de subjetivismo estéril. Otros subrayan su sentido “iconoclasta” frente al materialismo burgués, y recuerdan que Rubén definió al Modernismo como la “expresión de la libertad” y hasta como “el anarquismo en el arte”. Concluyamos que, en todo caso, fue un ataque indirecto contra la sociedad, al presentarse -en general- como “una rebeldía de soñadores”, o “una rebelión ambigua”.

Génesis del Modernismo. Influencias

La renovación poética es cada vez más visible a partir de 1880, tanto en España como en Hispanoamérica. Pero es indudable la primacía de ésta en la constitución del Modernismo. Allende el atlántico, existe un rechazo de la tradición española y de la poesía dominante en la antigua metrópoli (excepto de Bécquer). En cambio, se vuelven los ojos hacia otras literaturas.

La influencia francesa merece especial atención. Junto a la huella de los grandes románticos (Victor Hugo...), 2 corrientes de la 2ª mitad del siglo marcan la pauta: el Parnasianismo y el Simbolismo.

El Parnasianismo debe su nombre al título de una revista. Su maestro es Theóphile Gautier (1811-1872), con su famosa divisa: “El Arte por el Arte.”Siguiéndole, se instaura el culto a la perfección formal, el ideal de una poesía serena y equilibrada, el gusto por las líneas puras y “escultóricas”.

Su máx figura fue Leconte de Liste. Debe destacarse su preferencia por ciertos temas que reaparecerán en los modernistas: los mitos griegos, lo oriental, lo medieval...

El Simbolismo, en sentido estricto, es una escuela constituida hacia 1886 (fecha del Manifeste Symboliste). Pero, en sentido más amplio, es una corriente de idealismo poético que arranca de Baudelaire, el genial autor de Las flores del mal, 1857, y se desarrolla con Verlaine, Rimbaud, Mallarmé, etc.

Los simbolistas se alejan del academicismo en que cayeron los parnasianos; no se contentan con la belleza externa ni con la perfección formal (aunque no las desprecian). Se proponen ir más allá de lo sensible: para ellos, la realidad encierra, tras sus apariencias, significaciones profundas o afinidades insospechadas con los estados de ánimo.

Se sirven para ello, ante todo, de símbolos, que dan nombre al movimiento. Por ejemplo, el ocaso puede ser símbolo de decadencia o de muerte, el camino será el símbolo del vivir, un sauce transmitirá tristeza, etc.

El Modernismo hispánico es, en buena medida, una síntesis del Parnasianismo y del Simbolismo. De los parnasianos se toma el anhelo de perfección formal, los temas exóticos, los valores sensoriales. Y de los simbolistas, el arte de sugerir y la búsqueda de efectos rítmicos dentro de una variada musicalidad.

A éstas habrá que añadir otras influencias:

De norteamérica E. Allan Poe y Walt Whitman

De Inglaterra el refinamiento de O. Wilde

De Italia la elegancia decadentista de D'Annunzio

SIGUE...