Profundo: Cuando entonces, a lo lejos en rincones que...

Otro poemilla libre del baúl.

Tú me dices
que esperas cada madrugada mi caricia,
que tus ojos me buscan en la oscuridad
de tu vida,
que desfalleces de sed por los besos ausentes,
que tu templo se derrumba sin columnas
que lo sustente.

Y tú, precisamente tú, que sabes
que siempre te he buscado entre la muchedumbre,
ajena a mi dolor,
que me he retorcido en el lecho ahogando
con mi almohada las lágrimas,
que mis ojos no saben mirar si no te ven,
que mi boca nunca quiso beber de ninguna otra fuente.

Y tú me lo dices
sabiendo que mi templo ya no vive,
ya no siente, ya no tiene calor, ya está cansado,
desprendido del fuego que nos abrasaba.

Cuando mis manos dibujan en mi cama tu silueta
y, exhaustas, se rinden a la evidencia.

Llámame, quizás pueda reconocer tu voz
en medio del dolor. Quizás el fuego del deseo
no se haya apagado aún y sea tu piel bálsamo
que cura y olvida.

Mari

Profundo: Cuando entonces, a lo lejos en rincones que se tornaron silencios, amanecen recuerdos. Cuando entonces una flor se alumbra y ya no la acuchilla el tiempo. Cuando entonces alas de luz que no se apagan, y el viento hace girar los molinos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Un abrazo,, Libertad.

Cómo me gusta leerte!
Como eres libertad amigo, llevas en tu corazón un poeta muy grande, cuatro letras que son poesía, que envidia Juan que envidia siento, creo que hay que tener un "alma" especial para escribir así.
Un beso y otro a Paloma.