Otro poemilla libre del baúl, recordando la tragedia de París.
La quise solo un momento
viendo sonreír al Sena
que nos miraba indiscreto
apurando la noche.
Era dueña de una boca
que prometía cerezas
de los mas bellos frutales,
explosión dulce de color.
Se me antojaba huidiza
lejana como hija de la niebla,
difusa, con un halo de misterio
no exento de tristeza.
Un ruido ensordecedor,
el Sena abandona el cauce
las campanas de Notre Dame
repican airadas.
Silencio y colores pálidos,
huyeron las cerezas de su boca
su rostro aún refleja el horror,
la sorpresa de lo increíble.
La aprieto contra mi pecho
su boca se tiñe de rojo,
gritos, multitudes enloquecidas
fuego húmedo abrasa mi cara.
Te quise un momento,
demasiada hermosa
para ser verdad,
para ser solamente mía.
Elevo mis ojos a Dios
¿a que Dios?
¿al de ellos o al mío?
no entiendo a ninguno.
La quise solo un momento
viendo sonreír al Sena
que nos miraba indiscreto
apurando la noche.
Era dueña de una boca
que prometía cerezas
de los mas bellos frutales,
explosión dulce de color.
Se me antojaba huidiza
lejana como hija de la niebla,
difusa, con un halo de misterio
no exento de tristeza.
Un ruido ensordecedor,
el Sena abandona el cauce
las campanas de Notre Dame
repican airadas.
Silencio y colores pálidos,
huyeron las cerezas de su boca
su rostro aún refleja el horror,
la sorpresa de lo increíble.
La aprieto contra mi pecho
su boca se tiñe de rojo,
gritos, multitudes enloquecidas
fuego húmedo abrasa mi cara.
Te quise un momento,
demasiada hermosa
para ser verdad,
para ser solamente mía.
Elevo mis ojos a Dios
¿a que Dios?
¿al de ellos o al mío?
no entiendo a ninguno.