Más poesía contemporánea, para que luego digáis que...

Más poesía contemporánea, para que luego digáis que no os gusta...

CUÁN DICHOSO SI TUVIERA UN TRABAJO

Cuán dichoso si tuviera un trabajo
y llevara a mi casa por la tarde
mi jornal consumado felizmente;
pero no lo tengo, y ese detalle
no hará posible, de ninguna forma,
que pueda disfrutar los bellos parques,
de mirar las sonrisas de los niños
por el centro, las tiendas, los portales
y, aunque me esfuerzo, no es nada sencillo
llegar a casa sin poder contarle
a mi esposa que no traigo dinero,
que no he podido cumplir con mi parte,
que no merezco pronunciar mi nombre
para llevar la carga de mal padre,
para tener que suplicar prestado
o esperar caridad desde la calle.

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EN LA ESQUINA DEL SALÓN

En la esquina del salón, amortajado y silencioso,
entre cuatro tenues velones,
en féretro brillante de caoba
se muestra su rostro lívido
con semblante de paz en el mundo vacío
de los muertos.
Al acercarme, acuden los recuerdos
cargados de alborozo y felicidad:
la infancia, la juventud, la madurez...
Dos niños recorren por las eras, saltan, ríen,
derrochan vitalidad
y exhiben su belleza de cachorros.
¿Quién pudiera detener el tiempo
y permitirnos gozar la plenitud infinita?
Mis ojos humedecidos no lamentan
la pérdida del querido amigo,
aunque sonríen ante el sarcasmo intolerante
de un reloj que se apaga lentamente,
consumidas la belleza, la energía y la bondad
dejando aquí un puñado de recuerdos.