En un sentido estricto, EL RITMO es reiteración, retorno, de un elemento dentro del texto y, además, esa reiteración debe ser percibida en una regularidad que ordene patrones, periodos o ciclos; esos patrones, periodos o ciclos son los que otorgan estructura al poema (sea de verso medido o de verso libre). Amado Alonso señala que: “Es esencialmente necesario que sintamos la sucesión de tensiones y distensiones como una construcción, como una estructura o forma creada, y, si no, no hay ritmo”, palabras a partir de las cuales se reitera el aspecto estructurador que tiene el ritmo.
Si asumimos –al remitirnos al verso libre– que además de estos patrones estructurales de carácter acústico están los sintácticos, visuales/espaciales, semánticos, es necesario pugnar por una concepción de la rítmica de verso libre como factor estructural del poema.
Si asumimos –al remitirnos al verso libre– que además de estos patrones estructurales de carácter acústico están los sintácticos, visuales/espaciales, semánticos, es necesario pugnar por una concepción de la rítmica de verso libre como factor estructural del poema.