MIEDO A DESPERTAR.
Tengo miedo al despertar
de cada día, al alba,
al tiempo que discurre presuroso
ajeno a mi afán de sujetarlo,
ignora, prepotente y dueño de mi vida,
que a pesar de mi rugosa apariencia
me siento joven,
capaz de sonreír al mundo
sentir sobre mi piel el deseo de amar
y ser amada. Soñar.
Fin de etapa que se acerca inexorable,
burlona, ataviada de negro,
lo llaman destino, destino cruel
que me arranca de la tierra,
mi madre natural,
que me priva del abrazo del árbol
de la caricia del sol, de la sonrisa
de mi adorado niño.
La ceniza, la nada, sigilosa avanza
en los albores. Amenaza.
Hormiga negra que construye mi casa,
para derribarla cuando es ya hogar.
La cercanía del vuelo a otros confines
me regala cruelmente cada amanecer;
tengo miedo al despertar.
Mari
He intentado hacer un poema, donde para el protagonista, cada despertar es volver a pensar en la cercanía de la muerte, en la crueldad del destino que te arranca de tus seres queridos y te lleva sin pedir permiso.
Tengo miedo al despertar
de cada día, al alba,
al tiempo que discurre presuroso
ajeno a mi afán de sujetarlo,
ignora, prepotente y dueño de mi vida,
que a pesar de mi rugosa apariencia
me siento joven,
capaz de sonreír al mundo
sentir sobre mi piel el deseo de amar
y ser amada. Soñar.
Fin de etapa que se acerca inexorable,
burlona, ataviada de negro,
lo llaman destino, destino cruel
que me arranca de la tierra,
mi madre natural,
que me priva del abrazo del árbol
de la caricia del sol, de la sonrisa
de mi adorado niño.
La ceniza, la nada, sigilosa avanza
en los albores. Amenaza.
Hormiga negra que construye mi casa,
para derribarla cuando es ya hogar.
La cercanía del vuelo a otros confines
me regala cruelmente cada amanecer;
tengo miedo al despertar.
Mari
He intentado hacer un poema, donde para el protagonista, cada despertar es volver a pensar en la cercanía de la muerte, en la crueldad del destino que te arranca de tus seres queridos y te lleva sin pedir permiso.