AMANTES
No puedes haber olvidado
aquello que nos inundó de gozo;
una pequeña habitación oscura,
apenas diez metros
que fueron cielo y tierra,
donde nuestros cuerpos libres
surcaron mares de placer.
Dulce cárcel elegida. Valiente.
Nada y todo nos era ajeno
anillos, contratos,
papel mojado. No existían,
sólo tus labios, ese beso, ese deseo
que luchaba por nacer libre, por no morir
ahogado en el compromiso. Diez metros,
¡que ceguera! campos y campos de flores
rojas, amarillas, blancas,
un gran cerco de fuego, un amor ilícito,
amor oscuro dicen las voces silenciosas de la plaza
murmurando.
Ave a la que empujan a volar avergonzada,
cobarde ante la realidad
ahogando el amor. Ahogando la vida,.
sepultada para siempre.
Olvidar es tu pecado.
Mari.
No puedes haber olvidado
aquello que nos inundó de gozo;
una pequeña habitación oscura,
apenas diez metros
que fueron cielo y tierra,
donde nuestros cuerpos libres
surcaron mares de placer.
Dulce cárcel elegida. Valiente.
Nada y todo nos era ajeno
anillos, contratos,
papel mojado. No existían,
sólo tus labios, ese beso, ese deseo
que luchaba por nacer libre, por no morir
ahogado en el compromiso. Diez metros,
¡que ceguera! campos y campos de flores
rojas, amarillas, blancas,
un gran cerco de fuego, un amor ilícito,
amor oscuro dicen las voces silenciosas de la plaza
murmurando.
Ave a la que empujan a volar avergonzada,
cobarde ante la realidad
ahogando el amor. Ahogando la vida,.
sepultada para siempre.
Olvidar es tu pecado.
Mari.