Mis manos siguen frías...

Mis manos siguen frías
a pesar de la anhelada primavera
que no acaba de llegar.
Ruge el viento que mata la brisa,
las flores se humillan,
se esconden,
se hielan los cerezos tardíos,
los almendros tempranos
se tornan negros, inútiles.

Maldita primavera, decía el poeta,
maldita.

Noemí.