Pere Gimferrer, el hombre cuyos poemas nadie comprendía.
(ANNA MARIA IGLESIAS)
“No se preocupe, seguramente no habrá comprendido el poemario, pero es normal. Lo importante es que le haya interesado”. Así comienza la entrevista con Pere Gimferrer en el Hotel de las Letras de Madrid; en estos días de promoción, el poeta y académico catalán ha repetido en más de una ocasión la incomprensión de sus poemas, “lo más normal es que los lectores no comprendan mis poemas a causa de la concesión por parte de los poemas mismos a la introducción de citas, tiempos, filosofías absolutamente distintas”, sostiene el escritor, para quien la poesía es, ante todo, “un artefacto estético”, donde todo puede tener cabida, “desde la cultura popular hasta las manifestaciones más elevadas”.
(ANNA MARIA IGLESIAS)
“No se preocupe, seguramente no habrá comprendido el poemario, pero es normal. Lo importante es que le haya interesado”. Así comienza la entrevista con Pere Gimferrer en el Hotel de las Letras de Madrid; en estos días de promoción, el poeta y académico catalán ha repetido en más de una ocasión la incomprensión de sus poemas, “lo más normal es que los lectores no comprendan mis poemas a causa de la concesión por parte de los poemas mismos a la introducción de citas, tiempos, filosofías absolutamente distintas”, sostiene el escritor, para quien la poesía es, ante todo, “un artefacto estético”, donde todo puede tener cabida, “desde la cultura popular hasta las manifestaciones más elevadas”.
Ocupa Gimferrer desde hace décadas un lugar preferente en la cultura y la literatura españolas. El veterano y respetado académico, narrador, crítico, ensayista, traductor, editor y sobre todo poeta, inició su exigente aventura lírica en 1966. Desde entonces no ha dejado de dar pruebas de su altura poética nada menos que en tres idiomas: castellano, catalán e italiano. También ha escrito poemas en francés que se niega a mostrar.