FLORES PARA MI AMADA
Seguiré tus pasos noche a noche,
por los senderos claros del amor,
buscando la magnolia que compita
con la ternura de tu rostro en flor.
Y cortaré del tallo la azucena,
te brindaré mil rosas del más alto rosal
aunque se hundan en mi carne sus espinas
con el dolor que tu bello recuerdo ahuyentará.
Rodearé tu cuello con jazmines
que con el roce de tu tibia carne
aún más perfumarán.
Pisarás altanera con gracia sin igual
la colorida alfombra de nardos y azahar,
hortensias y jacintos, petunia y digital.
Y tendrás amapolas, camelias y violetas,
lirios y tulipanes, crisantemos y dalias,
acacias, tamarindos, narcisos,
pasionarias, perpetuas y retamas,
para cubrir mimosas tu piel de flor de té.
Vivirás entre alheñas, escabiosas, glicinas,
rinantos, brezo, tilo, malvavisco y helecho.
La adelfa de tu talle tendrá olor a saúco,
que ulmarias y codesos, begonias, azaleas,
lampazos, trinitarias, reseda y salsifí
envidiarán al verte en tu trono de reina
rodeada de lilas, tréboles y mahonias,
con la fresca caricia de la verde hiedra
que se aferra con garra cual fiel enredadera
para que los geranios, beleños y collejas,
borrajas y verbenas no se acerquen a tí.
Reirás de aciano, nelumbio y mulata,
pelargonio, verónica, clemátide y clavel.
Te vestirás de acónitos, rododentros, peonias,
primaveras y espliegos, heliotropos y aguileñas.
La dulce margarita cuidará de tu sueño
y un ejército enorme de jobos, gallocrestas,
ranúnculos, paulonias, volúbilis, jícamas,
ciclamor, asfódelos, güiras y simarrubas;
suches, alhelíes, malvas, estoques,
quillay, tuberosa, anémonas y albahaca.
Todas querrán tu brillo y tú se lo darás
para que todas ellas gocen por fin la vida
con tu fausta piedad.
Rendirán pleitesía ante sí el arrayán
quitasolillo, amaranto, granadillas, álsines,
pimpinelas. almendros, vincapervinca, loto,
adormidera, amarilis, manzanilla, alcaparra,
verdolaga, altramuz, albarranilla, aladierma,
y todas, todas, todas, admirarán tu luz.
Y por fin tendrás calas, gladiolos,
madreselvas, arvejillas y cerca de tu pecho,
cerca del corazón, dejaré bien prendida
para que me recuerdes a una momeolvides,
la humilde florecilla que mi deseo dirá
cúando tu latir sientas cada vez siempre más
el tan ardiente grito de mi fiebre de amar. lo darás
para que todas ellas gocen por fin la vida
Seguiré tus pasos noche a noche,
por los senderos claros del amor,
buscando la magnolia que compita
con la ternura de tu rostro en flor.
Y cortaré del tallo la azucena,
te brindaré mil rosas del más alto rosal
aunque se hundan en mi carne sus espinas
con el dolor que tu bello recuerdo ahuyentará.
Rodearé tu cuello con jazmines
que con el roce de tu tibia carne
aún más perfumarán.
Pisarás altanera con gracia sin igual
la colorida alfombra de nardos y azahar,
hortensias y jacintos, petunia y digital.
Y tendrás amapolas, camelias y violetas,
lirios y tulipanes, crisantemos y dalias,
acacias, tamarindos, narcisos,
pasionarias, perpetuas y retamas,
para cubrir mimosas tu piel de flor de té.
Vivirás entre alheñas, escabiosas, glicinas,
rinantos, brezo, tilo, malvavisco y helecho.
La adelfa de tu talle tendrá olor a saúco,
que ulmarias y codesos, begonias, azaleas,
lampazos, trinitarias, reseda y salsifí
envidiarán al verte en tu trono de reina
rodeada de lilas, tréboles y mahonias,
con la fresca caricia de la verde hiedra
que se aferra con garra cual fiel enredadera
para que los geranios, beleños y collejas,
borrajas y verbenas no se acerquen a tí.
Reirás de aciano, nelumbio y mulata,
pelargonio, verónica, clemátide y clavel.
Te vestirás de acónitos, rododentros, peonias,
primaveras y espliegos, heliotropos y aguileñas.
La dulce margarita cuidará de tu sueño
y un ejército enorme de jobos, gallocrestas,
ranúnculos, paulonias, volúbilis, jícamas,
ciclamor, asfódelos, güiras y simarrubas;
suches, alhelíes, malvas, estoques,
quillay, tuberosa, anémonas y albahaca.
Todas querrán tu brillo y tú se lo darás
para que todas ellas gocen por fin la vida
con tu fausta piedad.
Rendirán pleitesía ante sí el arrayán
quitasolillo, amaranto, granadillas, álsines,
pimpinelas. almendros, vincapervinca, loto,
adormidera, amarilis, manzanilla, alcaparra,
verdolaga, altramuz, albarranilla, aladierma,
y todas, todas, todas, admirarán tu luz.
Y por fin tendrás calas, gladiolos,
madreselvas, arvejillas y cerca de tu pecho,
cerca del corazón, dejaré bien prendida
para que me recuerdes a una momeolvides,
la humilde florecilla que mi deseo dirá
cúando tu latir sientas cada vez siempre más
el tan ardiente grito de mi fiebre de amar. lo darás
para que todas ellas gocen por fin la vida