PERSIGUIENDO UN SUEÑO
De Cádiz salió una tarde
una muchacha morena,
con sueños y fantasías
ilusiones y tristezas.
La despidió la marea
de la orgullosa bahía,
golondrinas y gorriones
fueron a su despedida.
Dejaba atrás la niñez,
y la dulce adolescencia
esperando que la vida
otras venturas le diera.
Ropa negra, negro pelo,
cutis moreno, agareno,
sus bellos ojos azules
competían con el cielo.
Bajo otros cielos probó
el amargor del destierro,
nuevas gentes
rodearon sus ensueños.
La ciudad la fue fundiendo
en la masa callejera,
más no renunció a la idea
de su vocación etérea.
Sigue esperando su día,
en que sus versos se vean
poblando el vasto universo
donde brillan los poetas.
De Cádiz salió una tarde
una muchacha morena,
con sueños y fantasías
ilusiones y tristezas.
La despidió la marea
de la orgullosa bahía,
golondrinas y gorriones
fueron a su despedida.
Dejaba atrás la niñez,
y la dulce adolescencia
esperando que la vida
otras venturas le diera.
Ropa negra, negro pelo,
cutis moreno, agareno,
sus bellos ojos azules
competían con el cielo.
Bajo otros cielos probó
el amargor del destierro,
nuevas gentes
rodearon sus ensueños.
La ciudad la fue fundiendo
en la masa callejera,
más no renunció a la idea
de su vocación etérea.
Sigue esperando su día,
en que sus versos se vean
poblando el vasto universo
donde brillan los poetas.