DIVAGACIONES
Tengo espinas clavadas dentro de mis sentimientos
que como sangre infectada a mi cuerpo dejan muerto.
Yo sé que tu corazón es veleidoso y coqueto,
no comprende la razón de todo mi sufrimiento.
Llora mi pena escondida en el centro de mi pecho,
es una antorcha encendida en mi corazón deshecho.
Otros cariños pasaron por los surcos de mis venas,
y a su paso no dejaron este reguero de penas.
Tu eres tan primorosa y son tan bellos tus ojos,
es tan linda tu nariz y tan frescos son tus labios,
que el quemante frenesí que purifica lo humano,
ha cambiado mi existir y me gusta el mundo raro
en el que siempre viví con disgusto y desarraigo.
Tus manos de seda son y su tacto de amapola,
tus dedos de terciopelo y tu color es de rosa.
Tienes la voz cautivante que deleita mis sentidos
y llena mi pecho ardiente con sus alegres sonidos.
A tu cabello hechicero que se ondula al tenue viento
libre de toda atadura ansío besar en silencio
sintiendo en mí su blandura por ser suaves y tersos,
que sueño con su finura con cariño y embeleso.
Tu sonrisa me condena a la dulce esclavitud
de querer unir mis venas a la flor de tu virtud.
El canela de tu piel despide la sensación
de estar hecho con la miel que llena tu corazón.
Sos mi estrella primorosa, sos la luz que me desvela,
sos espina de mil rosas florecidas en sus tallos,
con mil colores extraños que me ciegan los sentidos
pero anhelando tu daño porque sos agua bendita
en la que mis penas baño.
Vuelve tus ojos a mí, hermosa diosa pagana,
muestra tu faz de jazmín tan altanera y morena.
No me condenes princesa, ámame como te amo,
baja con gracia divina de lo alto de tu trono
y mira en tu derredor, verás a este tu esclavo
que te venera entre mil, que te esperará por años,
que te amará sin pedir, que te mira embelesado,
y que por un beso tuyo diera el alma en pedazos.
No dejes que de amor muera, por favor no me hagas daño;
sácame de las tinieblas en que tú me has encerrado.
Paso las noches en vela pensando sin desearlo,
el día en que tus labios tan bonitos y deseados,
pongan sobre mi la cruz de un NO grande y pesado
que me hundirá sin remedio en el abismo trágico,
de saber que ya más nunca podré estar a tu lado.
Pero si con gran delicia escuchara el SI anhelado,
mi vida ahora vacía se alegraría a tu lado.
Si, si, si, si mi amor, en el fondo de mi alma
aún queda una esperanza que a mi pecho le da calma.
Tengo espinas clavadas dentro de mis sentimientos
que como sangre infectada a mi cuerpo dejan muerto.
Yo sé que tu corazón es veleidoso y coqueto,
no comprende la razón de todo mi sufrimiento.
Llora mi pena escondida en el centro de mi pecho,
es una antorcha encendida en mi corazón deshecho.
Otros cariños pasaron por los surcos de mis venas,
y a su paso no dejaron este reguero de penas.
Tu eres tan primorosa y son tan bellos tus ojos,
es tan linda tu nariz y tan frescos son tus labios,
que el quemante frenesí que purifica lo humano,
ha cambiado mi existir y me gusta el mundo raro
en el que siempre viví con disgusto y desarraigo.
Tus manos de seda son y su tacto de amapola,
tus dedos de terciopelo y tu color es de rosa.
Tienes la voz cautivante que deleita mis sentidos
y llena mi pecho ardiente con sus alegres sonidos.
A tu cabello hechicero que se ondula al tenue viento
libre de toda atadura ansío besar en silencio
sintiendo en mí su blandura por ser suaves y tersos,
que sueño con su finura con cariño y embeleso.
Tu sonrisa me condena a la dulce esclavitud
de querer unir mis venas a la flor de tu virtud.
El canela de tu piel despide la sensación
de estar hecho con la miel que llena tu corazón.
Sos mi estrella primorosa, sos la luz que me desvela,
sos espina de mil rosas florecidas en sus tallos,
con mil colores extraños que me ciegan los sentidos
pero anhelando tu daño porque sos agua bendita
en la que mis penas baño.
Vuelve tus ojos a mí, hermosa diosa pagana,
muestra tu faz de jazmín tan altanera y morena.
No me condenes princesa, ámame como te amo,
baja con gracia divina de lo alto de tu trono
y mira en tu derredor, verás a este tu esclavo
que te venera entre mil, que te esperará por años,
que te amará sin pedir, que te mira embelesado,
y que por un beso tuyo diera el alma en pedazos.
No dejes que de amor muera, por favor no me hagas daño;
sácame de las tinieblas en que tú me has encerrado.
Paso las noches en vela pensando sin desearlo,
el día en que tus labios tan bonitos y deseados,
pongan sobre mi la cruz de un NO grande y pesado
que me hundirá sin remedio en el abismo trágico,
de saber que ya más nunca podré estar a tu lado.
Pero si con gran delicia escuchara el SI anhelado,
mi vida ahora vacía se alegraría a tu lado.
Si, si, si, si mi amor, en el fondo de mi alma
aún queda una esperanza que a mi pecho le da calma.