Realidad y Pérdida
Mis queridos amigos.
Ya sé que no apreciáis como yo aprecio
la glauca bruma que suaviza el bosque,
la blanca piel de la alborada
que invita al beso y la caricia.
Ya sé, mis jóvenes poetas,
que no es para vosotros
la copa de los árboles
cabello al viento.
Que no escucháis en el trinar de pájaros
el canto que yo escucho.
Sé que de noche, como yo,
buscáis refugio, algún abrazo,
la algarabía cálida,
el roce de la piel que anhela el beso.
Sé que de noche, como yo,
sentís quebrarse las cadenas,
sentís volar el alma al cielo.
Pero ahora, después de lo ocurrido
ya nada es como era antes.
Ahora solo encuentro descampados,
la obra del fuego, soledad.
Ahora me despierto y oigo solo
al vacío zumbarme los oídos.
Ahora las cadenas no se quiebran
ni en la noche hay refugio.
Ahora, mis amigos,
escucho vuestra risa lejos,
tan lejos como cerca escucho
el insistente grito del dolor.
(c) Juanjo Ayuso
Mis queridos amigos.
Ya sé que no apreciáis como yo aprecio
la glauca bruma que suaviza el bosque,
la blanca piel de la alborada
que invita al beso y la caricia.
Ya sé, mis jóvenes poetas,
que no es para vosotros
la copa de los árboles
cabello al viento.
Que no escucháis en el trinar de pájaros
el canto que yo escucho.
Sé que de noche, como yo,
buscáis refugio, algún abrazo,
la algarabía cálida,
el roce de la piel que anhela el beso.
Sé que de noche, como yo,
sentís quebrarse las cadenas,
sentís volar el alma al cielo.
Pero ahora, después de lo ocurrido
ya nada es como era antes.
Ahora solo encuentro descampados,
la obra del fuego, soledad.
Ahora me despierto y oigo solo
al vacío zumbarme los oídos.
Ahora las cadenas no se quiebran
ni en la noche hay refugio.
Ahora, mis amigos,
escucho vuestra risa lejos,
tan lejos como cerca escucho
el insistente grito del dolor.
(c) Juanjo Ayuso
Buenas tardes Noemí
Hola, Ángel. Este poema de mi joven amigo Juanjo Ayuso es precioso.
Juanjo murió hace un mes y este poema lo escribió en junio de 2017.
Creo que ya sabía lo que le pasaba.
Pues pasa buena tarde.
Juanjo murió hace un mes y este poema lo escribió en junio de 2017.
Creo que ya sabía lo que le pasaba.
Pues pasa buena tarde.
Noemí, las palabras vuelan, los escritos permanecen.