¡Oleeeeeeeeeeeee! preciosa...

Pensando en vos

Fue mi sencilla calle
testigo de mis infantiles juegos;
una vieja y acogedora acacia,
el fruto de cuidados y desvelos.
Detrás de la ventana
susurra como el viento
una canción de cuna;
reviven los recuerdos de mil cuentos
contados con amor
al calor del hogar o del brasero.
Muy cerca hay una huerta
de cambiantes colores en invierno
donde la escarcha mora
en los tallos más tiernos.
Y dentro de un portal,
tranquilo y muy feliz vigila el perro
el sueño de su dueña,
los sueños de su dueño.
También un viejo muro centenario
impone su respeto,
tan sabio de secretos infantiles,
tan sabio de amoríos tan secretos.
y subiendo la cuesta, hacia el oeste,
el viejo cementerio.

Noemí.

Silva arromanzada.

¡Oleeeeeeeeeeeee! preciosa

Besos.