NUNCA (soneto) DE ANTERIORES TRABAJOS
Nunca dejes que reine en mi la pena,
pena que viste el luto de mi vida,
arañando y lamiendo bien mi herida,
disfrutando y gozándola cual hiena.
Arranca de mis labios la azucena
tomando de los tuyos la bebida
abrasadora, miel, la dulce brida
que me atrapa feliz en mi colmena.
Te añoro cada noche en mi rutina,
te hablo a solas sonriendo en mi locura,
te beso en el retrato de mi cama,
te sueño en la ladera, en la colina,
vivo de tu recuerdo, ardiente llama
que mitiga mis noches de amargura.
MARI
Nunca dejes que reine en mi la pena,
pena que viste el luto de mi vida,
arañando y lamiendo bien mi herida,
disfrutando y gozándola cual hiena.
Arranca de mis labios la azucena
tomando de los tuyos la bebida
abrasadora, miel, la dulce brida
que me atrapa feliz en mi colmena.
Te añoro cada noche en mi rutina,
te hablo a solas sonriendo en mi locura,
te beso en el retrato de mi cama,
te sueño en la ladera, en la colina,
vivo de tu recuerdo, ardiente llama
que mitiga mis noches de amargura.
MARI
Este soneto siempre me ha gustado mucho.
Qué arte.
Un abrazo, guapa.
Qué arte.
Un abrazo, guapa.
Que tiempos aquellos, Cabrero y Plazalagua cuanto aprendimos con ellos y que periodo tan bonito. Yo pensaba que jamás iba a ser capaz de hacer un soneto ni por aproximación.
Besitos.
Besitos.
LA NOVIA
Salió el sol por el oriente
tiñendo las aguas de oro,
el pedregal donde moro
hoy parece diferente.
En el puerto hay mucha gente,
las aguas llenas de flores;
un paraíso de olores,
porque me voy a casar
vestida de tul y azahar,
entre jazmines y amores.
Ya el mar es azul turquesa,
sopla el viento de levante
que con el mejor talante
mi rostro acaricia y besa.
Y vestida de princesa,
he abrazado al marinero
que un atardecer de enero
me juró un amor de cuento,
y prometió sin aliento
me lograría un lucero.
EL NOVIO:
La mañana se desgrana
entre saludos y besos;
preso de unos labios gruesos
y de la flor más galana.
La bruma en hora temprana
me recuerda travesías,
de aventuras, correrías,
los amoríos de loco,
que me aportaron tan poco,
y que recuerdo estos días.
Con el barco engalanado
pongo rumbo hacia Oropesa,
con mi vela zelandesa
y el corazón bienhadado,
de buena suerte blindado.
La Virgen de la Paciencia,
me recibió con clemencia
en su cámara de Alcora;
casi mis pecados llora,
mas demostró su indulgencia.
Noemí.
(De mi historia, La hija del farero)
Qué tiempos aquellos cuando os tenía hartitos a todos con las aventuras de Las Islas Columbretes.
Un abrazo.
Salió el sol por el oriente
tiñendo las aguas de oro,
el pedregal donde moro
hoy parece diferente.
En el puerto hay mucha gente,
las aguas llenas de flores;
un paraíso de olores,
porque me voy a casar
vestida de tul y azahar,
entre jazmines y amores.
Ya el mar es azul turquesa,
sopla el viento de levante
que con el mejor talante
mi rostro acaricia y besa.
Y vestida de princesa,
he abrazado al marinero
que un atardecer de enero
me juró un amor de cuento,
y prometió sin aliento
me lograría un lucero.
EL NOVIO:
La mañana se desgrana
entre saludos y besos;
preso de unos labios gruesos
y de la flor más galana.
La bruma en hora temprana
me recuerda travesías,
de aventuras, correrías,
los amoríos de loco,
que me aportaron tan poco,
y que recuerdo estos días.
Con el barco engalanado
pongo rumbo hacia Oropesa,
con mi vela zelandesa
y el corazón bienhadado,
de buena suerte blindado.
La Virgen de la Paciencia,
me recibió con clemencia
en su cámara de Alcora;
casi mis pecados llora,
mas demostró su indulgencia.
Noemí.
(De mi historia, La hija del farero)
Qué tiempos aquellos cuando os tenía hartitos a todos con las aventuras de Las Islas Columbretes.
Un abrazo.
Que bonita la historia de la hija del farero, me acuerdo que yo escribí el bautizo de la nieta del farero, era cuando los tiempos andaban mas revueltos aún y me borraron todo, no lo había copiado.
Pues tienes que retomar la historia; la niña se llamaba María y el marinero y la hija del farero cambiaron Columbretes por un puerto de Andalucía.
Besos.
Besos.