GABRIEL...

GABRIEL

En oscura tarde de invierno cruel
por corto sendero se fue Gabriel,
a jugar, a soñar
disfrutando su infancia feliz.

Su limpia sonrisa, brillante de sol,
sus bellos ojazos, tan llenos de amor,
sus anhelos de niño
llenando su alma marinera.

¿Qué mala fortuna le acompañó?
¿Qué mala fortuna quebró su voz?
Pensando que sufrió, yo
me muero de rabia y de pena.

Dicen que Alfonsina le cuida ya,
y el viejo Neptuno le enseñará
a jugar con sus nuevos amigos
en las praderías marinas.

Y millones de amigos del mar de sus sueños
le miman y admiran..

En blanco velero llegó Gabriel,
a contar estrellas de color miel,
y en el arrecife de blancos corales
dejó su bufanda celeste.

Todas las sirenas del ancho mar,
con Ariel al mando y ÉL, capitán,
en un corro de peces
le mecen en cuna de algas y de sales.

Y en lo más profundo sonríen los peces felices.
En lo más profundo dormitan los besos de un pueblo,
en lo más profundo ya sueñan los sueños.

No te olvidaremos, pequeño Gabriel,
tu nombre de arcángel disuelve la hiel
que provoca tu ausencia.

Noemí

De plena actualidad por el juicio.