Haikus con kigo
Nieve en la senda
frío en el corazón
sin luz tus ojos.
Llora Jesús
las aguas se rebelan
muerte en el mar.
Abre tu casa
¡que caliente la hoguera!
fuera hace frío.
Nieve en la senda
frío en el corazón
sin luz tus ojos.
Llora Jesús
las aguas se rebelan
muerte en el mar.
Abre tu casa
¡que caliente la hoguera!
fuera hace frío.
¿Es tuyo?
Sí, es mío, y tuyo también, y de todo el que lo lea.
Has hecho mejores composiciones.
Sn tres haikus relacionados entre sí, de esas composiciones, poco se puede sacar.
Son.
Pero tú lo sabes hacer mejor.
No me gusta ese tipo de poesía. Aquí va otra de mi cosecha. Poema libre, un poco-mucho pesimista.
Tengo miedo al despertar
de cada día, al alba,
al tiempo que discurre presuroso
ajeno a mi afán de sujetarlo,
ignora prepotente y dueño de mi vida
que a pesar de mi rugosa apariencia
me siento joven,
capaz de sonreír al mundo
sentir sobre mi piel el deseo de amar
y ser amada.
Fin de etapa que se acerca inexorable,
burlona, ataviada de negro,
lo llaman destino, destino cruel
que me arranca de la tierra,
mi madre natural,
que me priva del abrazo del árbol
de la caricia del sol, de la sonrisa
de mi adorado niño.
La cercanía del vuelo a otros confines
me regala cruelmente el alba cada día;
tengo miedo al despertar.
Tengo miedo al despertar
de cada día, al alba,
al tiempo que discurre presuroso
ajeno a mi afán de sujetarlo,
ignora prepotente y dueño de mi vida
que a pesar de mi rugosa apariencia
me siento joven,
capaz de sonreír al mundo
sentir sobre mi piel el deseo de amar
y ser amada.
Fin de etapa que se acerca inexorable,
burlona, ataviada de negro,
lo llaman destino, destino cruel
que me arranca de la tierra,
mi madre natural,
que me priva del abrazo del árbol
de la caricia del sol, de la sonrisa
de mi adorado niño.
La cercanía del vuelo a otros confines
me regala cruelmente el alba cada día;
tengo miedo al despertar.
Esa está mejor, en tu línea.