No sólo se consideran ripios esas terminaciones verbales imposibles y facilonas, esos "oros", esos "adoros" recurrentes y vulgares; también se consideran ripios el rimar por rimar sin sentido y empleando recursos retóricos inadecuados... a ver cómo se explica lo de la voz de lirio.
¡Jesús, Jesús, para qué hablaremos!
¡Jesús, Jesús, para qué hablaremos!
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¿Ahora vas de lista?
¡Dime de qué presumes y te diré de qué careces!
¡Qué agusto te has quedado con tu lección magistral de rimas, ripios y recursos retóricos!
No sé porqué te quedaste solo en maestra pudiendo haber llegado al paraiso de las MUSAS.
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¿Ahora vas de lista?
¡Dime de qué presumes y te diré de qué careces!
¡Qué agusto te has quedado con tu lección magistral de rimas, ripios y recursos retóricos!
No sé porqué te quedaste solo en maestra pudiendo haber llegado al paraiso de las MUSAS.
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