Esa daga de amor que me hirió cierta
llegando al corazón sin mi permiso,
ha dejado la herida bien abierta.
Me pregunto si todo fue preciso
cuando muere el amor entre las flores,
sin perdón, sin razón, sin compromiso.
Que son pena de muerte tus amores,
un manojo de penas entre penas,
el martirio que aviva los dolores
de sentirme presa de tus cadenas.
Ruego al cielo que alivie los pesares
de este fuego que corre por mis venas.
Si ya no son comunes los lugares,
llegó el momento de la despedida;
no quiero de mis ojos llanto a mares.
Devuélveme de tu vida mi vida,
disfruta en paraíso de pasiones
y olvídate de mi alma dolorida.
Tercetos encadenados
llegando al corazón sin mi permiso,
ha dejado la herida bien abierta.
Me pregunto si todo fue preciso
cuando muere el amor entre las flores,
sin perdón, sin razón, sin compromiso.
Que son pena de muerte tus amores,
un manojo de penas entre penas,
el martirio que aviva los dolores
de sentirme presa de tus cadenas.
Ruego al cielo que alivie los pesares
de este fuego que corre por mis venas.
Si ya no son comunes los lugares,
llegó el momento de la despedida;
no quiero de mis ojos llanto a mares.
Devuélveme de tu vida mi vida,
disfruta en paraíso de pasiones
y olvídate de mi alma dolorida.
Tercetos encadenados