Reinaba la soñada Primavera
con cesped de impoluto terciopelo,
las nubes de algodón visten el cielo,
mi corazón ansioso con la espera.
Una estación de tren
y las verdes montañas
que le gritaban ¡VEN!,
testigos de emociones contenidas
y lágrimas en nuestras despedidas
con frío en las entrañas.
Volveremos a vernos
junto al amparo fiel de nuestro río.
Jamás pensé que fuera un desvarío
nunca pensé que fuera decisivo:
¿Quién puso las cadenas?.
La luna fue testigo de mis penas,
mi corazón, cautivo.
Noemí.
(Silva clásica)
con cesped de impoluto terciopelo,
las nubes de algodón visten el cielo,
mi corazón ansioso con la espera.
Una estación de tren
y las verdes montañas
que le gritaban ¡VEN!,
testigos de emociones contenidas
y lágrimas en nuestras despedidas
con frío en las entrañas.
Volveremos a vernos
junto al amparo fiel de nuestro río.
Jamás pensé que fuera un desvarío
nunca pensé que fuera decisivo:
¿Quién puso las cadenas?.
La luna fue testigo de mis penas,
mi corazón, cautivo.
Noemí.
(Silva clásica)