A UNA NIÑA RECIÉN NACIDA EN BUCHA (Ucrania)
(Romance)
Mal elegiste nacer,
niña de manos aladas,
en medio de esta crueldad
cuando ya no hay flores blancas
ni en Bucha sonríe el sol;
tan solo podridas almas
que ahogan hoy tu hermosura;
tu cuna es ya fría escarcha.
Torpe mi pluma, pequeña
para expresarte, con alma,
el dolor y la congoja
que silencian mi palabra
horrorizada y cobarde;
más mi corazón estalla:
dejen crecer de este tallo
su recién nacida rama,
dejen que brille su luz,
y que sus pétalos se abran
a la vida, a la niñez,
dejen que esa flor renazca,
que su aroma sea mágica,
belleza en jarrón de plata
vestida con fina túnica
como una perla sagrada.
Mujer con el pecho flácido
en darte calor se afana
y mientras tanto la muerte
sin piedad alguna avanza.
Que pare ya este gran monstruo,
su paso machaca, arrasa
vidas y dorados trigos
en nuestra querida Ucrania.
Mari.
Romance en versos octosílabos, con rima asonante en los pares AA, quedando los impares libres sin rima alguna. En este romance hay, al menos una rima repetida en los impares.
(Romance)
Mal elegiste nacer,
niña de manos aladas,
en medio de esta crueldad
cuando ya no hay flores blancas
ni en Bucha sonríe el sol;
tan solo podridas almas
que ahogan hoy tu hermosura;
tu cuna es ya fría escarcha.
Torpe mi pluma, pequeña
para expresarte, con alma,
el dolor y la congoja
que silencian mi palabra
horrorizada y cobarde;
más mi corazón estalla:
dejen crecer de este tallo
su recién nacida rama,
dejen que brille su luz,
y que sus pétalos se abran
a la vida, a la niñez,
dejen que esa flor renazca,
que su aroma sea mágica,
belleza en jarrón de plata
vestida con fina túnica
como una perla sagrada.
Mujer con el pecho flácido
en darte calor se afana
y mientras tanto la muerte
sin piedad alguna avanza.
Que pare ya este gran monstruo,
su paso machaca, arrasa
vidas y dorados trigos
en nuestra querida Ucrania.
Mari.
Romance en versos octosílabos, con rima asonante en los pares AA, quedando los impares libres sin rima alguna. En este romance hay, al menos una rima repetida en los impares.
Ay Mari, me he emocionado, de verdad. Un gran trabajo lleno de sensibilidad y sentimiento.
Malditas guerras, tristes guerras, como decía Miguel Hernández.
Malditas guerras, tristes guerras, como decía Miguel Hernández.
Gracias NOEMÍ, tendré que darle un repasito, para eliminar las asonancias.
Un abrazo.
Un abrazo.
No exageres, hija.
Está de cine.
Está de cine.