Aquí el único problema
que en el camino surgió,
al llegar a Extremadura
el vino se terminó
y tuvimos que mercar
pitarra de Monterrubio
y al llegar a los Pedroches
como apretaba el rubio
tuvimos que refrescarnos
en la plaza de Hinojosa
y admirar su catedral
que no la hay más hermosa.
Nos pertrechamos de todo
“relacionao” con el cerdo
y así seria el camino
una jartá placentero.
Y allá por Sierra Morena
con dirección a Azuaga
otra vez Extremadura
volvíamos a pisarla.
Por la Ruta de la Plata
con dirección a Sevilla
era la Capiña Sur
la que allí nos recibía,
luego por la Sierra Norte
de la tierra sevillana
que ya olía a cera,
a incienso y a mejorana.
La vuelta ya no la cuento
hasta que la feria acabe
porque si abril es hermoso
en Sevilla y sus calles
Córdoba se pone en mayo
con las cruces y los patios
que esto no se lo pierde
ningún miembro del teatro.
que en el camino surgió,
al llegar a Extremadura
el vino se terminó
y tuvimos que mercar
pitarra de Monterrubio
y al llegar a los Pedroches
como apretaba el rubio
tuvimos que refrescarnos
en la plaza de Hinojosa
y admirar su catedral
que no la hay más hermosa.
Nos pertrechamos de todo
“relacionao” con el cerdo
y así seria el camino
una jartá placentero.
Y allá por Sierra Morena
con dirección a Azuaga
otra vez Extremadura
volvíamos a pisarla.
Por la Ruta de la Plata
con dirección a Sevilla
era la Capiña Sur
la que allí nos recibía,
luego por la Sierra Norte
de la tierra sevillana
que ya olía a cera,
a incienso y a mejorana.
La vuelta ya no la cuento
hasta que la feria acabe
porque si abril es hermoso
en Sevilla y sus calles
Córdoba se pone en mayo
con las cruces y los patios
que esto no se lo pierde
ningún miembro del teatro.