Todas las noches mis niños
se acostaban con un cuento
que su madre les contaba,
siempre les faltó el cariño
de ese padre que jugaba
con dos barajas diarias
y a su hogar regresaba
con olores de perfumes
que otra mujer le daba.
Poco sabían mis niños
de sus besos y caricias
su padre fue siempre extraño
a sus sueños y a su vida,
un hombre que ahora reclama
el amor que nunca dio,
sin saber que hoy recoge
lo que en su día sembró.
se acostaban con un cuento
que su madre les contaba,
siempre les faltó el cariño
de ese padre que jugaba
con dos barajas diarias
y a su hogar regresaba
con olores de perfumes
que otra mujer le daba.
Poco sabían mis niños
de sus besos y caricias
su padre fue siempre extraño
a sus sueños y a su vida,
un hombre que ahora reclama
el amor que nunca dio,
sin saber que hoy recoge
lo que en su día sembró.