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La alcaldesa de Gijón ratifica su postura: «A partir de ahora se va a escuchar a quienes no quieren toros en la ciudad»

González explica que los nombres de los toros fue la «gota que colmó el vaso» de una decisión que ya estaba tomada: «Estamos en el siglo XXI y la plaza la vamos a dedicar a conciertos»

Dos son los motivos por los que la alcaldesa de Gijón, Ana González, tiene muy claro que, al menos bajo su mandato, no van a volverse a celebrar corridas de toros en la plaza de El Bibio, que es un equipamiento municipal cuya concesión finaliza tras varias prórrogas este verano. Primero, «hay personas que están de acuerdo con la celebración de corridas de toros y otras que no. Hasta ahora se siguió el criterio de los que sí están de acuerdo y, a partir de ahora, se escuchará el criterio de los que no habían sido escuchados y consideran que estos espectáculos no corresponden al siglo XXI por tratarse de maltrato animal».

Y, segundo, «la gota que colmó el vaso» de una decisión que en todo caso ya estaba tomada es el aprovechamiento de los nombres de tres toros lidiados en la última corrida, Feminista y Nigeriano, «para insultar al mundo del feminismo y de los inmigrantes». Así se explicaba hoy la alcaldesa de Gijón, que recordó que el órgano de contratación que decide si se vuelve a prorrogar el actual contrato con la concesionaria del uso taurino del coso de El Bibio o se licita un nuevo contrato es la Alcaldía, «no es el pleno». Y González tiene claro que bajo su mandato la plaza gijonesa, que desde que es Bien de Interés Cultural (BIC) tiene asignados usos taurinos y musicales, no va a celebrar los taurinos. «No vamos a licitar un nuevo contrato y queremos que sea un centro de media capacidad para celebrar conciertos», explicó.

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Habrá quien cuestione por qué el año pasado González prorrogó el contrato con la empresa taurina que se encarga de la gestión de las corridas de toros, tras una primera prórroga llevada a cabo por el gobierno de Foro en 2019. Ese año, González decidió seguir adelante con la prórroga para no meter al Ayuntamiento en el embrollo judicial que supondría haber revocado la prórroga y explicó que ante el verano pasado, en plena pandemia de coronavirus, consideraron que no era el momento para echar por tierra ninguna actividad económica, incluida la feria taurina.

«Cada día hay más personas que no quieren que se celebren toros en Gijón y, además, con un crecimiento exponencial. El contrato ha terminado y la plaza de toros la vamos a usar para otras cosas», reiteró. «El mundo cambia. Estamos en el siglo XXI, no en el siglo XX y hacia atrás. Ya teníamos decidido que no íbamos a sacar una nueva concesión y esto (en referencia a los nombres de los toros) lo único que ha hecho es adelantarlo», dejó claro.

«El verano de Gijón no lo han salvado los toros»

Preguntada sobre las explicaciones dadas por los ganaderos sobre los nombres de los toros, heredados de madre en madre desde 1986, dijo que el hecho de que «no es importante que la tatarabuela del toro Feminista se llamara igual» y sí lo es, reiteró, que «los tiempos cambian, las sensibilidades cambian y hoy por ejemplo no usamos expresiones improcedentes» que antes nadie cuestionaba.

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También recordó que el PSOE no apoya la celebración de estos festejos, que «son muy, muy discutidos en Gijón por considerarlo maltrato animal» en tiempos en los que precisamente cada vez son más las voces a favor de justo lo contrario, el bienestar animal. Sobre la pérdida económica que puede suponer que la feria taurina no se vuelva a celebrar en Gijón, la alcaldesa indicó que «estamos teniendo agostos muy buenos y llenando la ciudad con múltiples actividades». Es decir, «el verano de Gijón no lo han salvado las tres corridas de toros».

También relató como el domingo, tras esa última corrida de toros, le habían hecho llegar el cartel con los nombres de los toros lidiados por Morante de la Puebla, cómo pidió que se comprobara su veracidad y las explicaciones que recibió de la empresa concesionaria de la feria. «La explicación, o mejor no explicación, fue que se les ponían los nombres cuando nacían». Suficiente, añadió, para decidir que ya no tenía sentido «seguir con una fiesta tan discutida en la ciudad» y avisar «con tiempo suficiente» de que no volverá a celebrarse en la plaza de toros municipal.