El verdadero artista no puede involucrarse con un acto tan aberrante como son las corridas de toros. Se supone que el arte conlleva sensibilidad. La cultura se demuestra en otros ámbitos, de otras maneras y no, en una plaza de toros. España se denigra con este espectáculo dantesco. Disimulan el mal llamado arte, con lo que en definitiva es un gran negocio.-