¡Viva la
fiesta nacional! Aunque a mí no me guste.
¡Que se mueran los que prohiben!
Que un día empiezan por prohibir los
toros por que les parecen bárvaros, y en menos que nos demos cuentan nos prohiben hasta respirar, no sea que contaminemos.
Las cosas que no son buenas acaban prohibiendose solas.