Ayer fue un gran día para los que somos aficionados a los toros, porque TVE recuperó la tradición de llevar los toros a todos los rincones de España, lo mismo que hace con el futbol, el ciclismo, o el automovilísmo, y tantos otros eventos que poseen millones de adictos o de seguidores.
Ayer todo el que quiso pudo ver una gran corrida de toros con tres espadas grandes figuras del toreo y con un ganado que, si no extraordinario, si que permitió a todos los toreros demostrar lo que saben hacer y el arte que llevan dentro.
Se contaron 5 orejas y el mejor, para mi fue el que no cortó ninguna.
El Juli hizo dos buenas faenas como siempre se entregó, dió todo lo que lleva dentro, su pundonor, su valentía, su intenso deseo de ser el mejor, el primero, el único, cosa que a mi modo de ver es su mayor defecto. El toreo, como la política, como la empresa, funcionan cuando hay en juego pluralidad de estilos, de partidos o de trabajadores que intentan todos hacerlo lo mejor posible y más que avasallar, eliminar o envidiar, lo que deben hacer es ayudarse y colaborar a que el resultado final sea lo más perfecto posible. Ayer hubo unas imágenes, repetidas varias veces en las que se observaba como el Juli miraba, fijamente a Manzanares, con una cara de envidia que era todo un poema. Julián eres un gran torero pero yo creo que debes mejorar como persona. Mira a tus compañeros con cariño y si es posible, en algunos casos, con admiración, pero nunca con envidia. En sus declaraciones ante la periodista siempre mantuvo una actitud prepotente, se encargó de alabarse, su carrera, sus fundaciones y su objetivo ser solo él. Le falta mucha humildad.
Manzanares demostró que es uno de los mejores toreros del escalafón, y al final después de hacer la mejor faena de la tarde, la más dura, y la más dificil, tal vez por hacerlo más perfecto intentó matar recibiendo y se jugó las orejas. Pero hizo unas declaraciones en las que en ningun momento se lamentó, de ser el menos premiado, el se acordó de lo que significaba el momento de la vuelta de TVE a los toros y ensalzó la fiesta invitando a los que estan en contra de ella a que la conozcan antes de criticarla. El si dió una lección de profesionalidad y de humildad.
Talavante, que está en un momento muy dulce, que hace un toreo vistoso, moderno, variado, improvisado, serio, valiente y con estilo propio hizo dos faenas completas y sobre todo en el segundo mereció, más que ninguno las dos orejas. Pero tampoco se quejó, también acepto la decisión del presidente también dio muestras de sana humildad.
A las personas las hacen grandes sus actitudes, su comportamiento dentro y fuera de su oficio, su carrera o su profesión, y lo que está más claro de todo es que son otros los que tienen que decir que tú eres bueno, tú honestamente lo que tienes que decir es que los buenos son los demás.
Ayer todo el que quiso pudo ver una gran corrida de toros con tres espadas grandes figuras del toreo y con un ganado que, si no extraordinario, si que permitió a todos los toreros demostrar lo que saben hacer y el arte que llevan dentro.
Se contaron 5 orejas y el mejor, para mi fue el que no cortó ninguna.
El Juli hizo dos buenas faenas como siempre se entregó, dió todo lo que lleva dentro, su pundonor, su valentía, su intenso deseo de ser el mejor, el primero, el único, cosa que a mi modo de ver es su mayor defecto. El toreo, como la política, como la empresa, funcionan cuando hay en juego pluralidad de estilos, de partidos o de trabajadores que intentan todos hacerlo lo mejor posible y más que avasallar, eliminar o envidiar, lo que deben hacer es ayudarse y colaborar a que el resultado final sea lo más perfecto posible. Ayer hubo unas imágenes, repetidas varias veces en las que se observaba como el Juli miraba, fijamente a Manzanares, con una cara de envidia que era todo un poema. Julián eres un gran torero pero yo creo que debes mejorar como persona. Mira a tus compañeros con cariño y si es posible, en algunos casos, con admiración, pero nunca con envidia. En sus declaraciones ante la periodista siempre mantuvo una actitud prepotente, se encargó de alabarse, su carrera, sus fundaciones y su objetivo ser solo él. Le falta mucha humildad.
Manzanares demostró que es uno de los mejores toreros del escalafón, y al final después de hacer la mejor faena de la tarde, la más dura, y la más dificil, tal vez por hacerlo más perfecto intentó matar recibiendo y se jugó las orejas. Pero hizo unas declaraciones en las que en ningun momento se lamentó, de ser el menos premiado, el se acordó de lo que significaba el momento de la vuelta de TVE a los toros y ensalzó la fiesta invitando a los que estan en contra de ella a que la conozcan antes de criticarla. El si dió una lección de profesionalidad y de humildad.
Talavante, que está en un momento muy dulce, que hace un toreo vistoso, moderno, variado, improvisado, serio, valiente y con estilo propio hizo dos faenas completas y sobre todo en el segundo mereció, más que ninguno las dos orejas. Pero tampoco se quejó, también acepto la decisión del presidente también dio muestras de sana humildad.
A las personas las hacen grandes sus actitudes, su comportamiento dentro y fuera de su oficio, su carrera o su profesión, y lo que está más claro de todo es que son otros los que tienen que decir que tú eres bueno, tú honestamente lo que tienes que decir es que los buenos son los demás.