Lo que no es normalito ni respetuoso es poner adjetivo ofensivos a aquellos que tienen una opinión o gusto distinto al nuetro. Si no te gustan los toros busca otros argumentos más tolerantes y más amistosos para justificar su prohibición y no olvides que todos, en mayor o menor medida, somos crueles con lo animales cuando los sacrificamos para nuestro consumo y nuestro disfrute.