Me remito a lo escrito por Iberia, esta afición por maltratar y sacrificar perversamente a un animal está muy arraigada en generaciones que tenían otros valores. No concientizar sobre el respeto por los animales y el trato que merecen, es denigrar nuestra propia condición humana. Un hombre o una mujer que puede presenciar este tipo de cosas, es de muy dudosa moral.