Es mi más ferviente deseo de que estas manifestaciones en contra de la crueldad y la tortura hacia los toros particularmente, se multipliquen en toda España; que esto forme parte de la historia denigrante de la condición humana. Que la verdadera cultura, la que enseña, la que forma, la que educa, las que nos hace ser mejores personas sea la que prevalezca en la formación de los niños y los jóvenes de España y de todo el mundo.