No Valenciana, no hablas al vacío, ni mucho menos; eso sí, a los "tauricidas" es difícil de que los convenzas, no ya de no matar animales sino de no maltratarlos. Pero en tu mismo esfuerzo remamos muchos españoles amantes de la cultura española.
Hay cosas en las corridas de toros de pura simbología machista y, hoy por hoy, todos sabemos las desgracias del machismo español que forzosamente hay que erradicar. Incluso la música a la que antes habéis aludido (tambores y cornetines) enerva a los espectadores del macabro espectáculo en los momentos que suena; es decir, que no es el sonido musical para acompañar la función y hacerla amena, sino para anunciar momentos cumbres del maltrato del animal antes de ejecutarlo. Y si hablo de simbología machista puedo decirte, por ejemplo, que es propio de los espectadores varones ver el festejo empinando una bota de vino y entre trago y trago fumar un puro habano; vamos que a algunos sólo les falta darse golpes en el pecho como hacía el gran gorila Kin Kon en la película del mismo nombre. En cambio las pobres mujeres (las pocas que acuden a los toros acompañando a su hombre) su única ilusión es que algún torero las diferencie dedicándoles la muerte del toro, porque en general, ni siquiera miran al ruedo del espanto que sufren.
saludos.
Hay cosas en las corridas de toros de pura simbología machista y, hoy por hoy, todos sabemos las desgracias del machismo español que forzosamente hay que erradicar. Incluso la música a la que antes habéis aludido (tambores y cornetines) enerva a los espectadores del macabro espectáculo en los momentos que suena; es decir, que no es el sonido musical para acompañar la función y hacerla amena, sino para anunciar momentos cumbres del maltrato del animal antes de ejecutarlo. Y si hablo de simbología machista puedo decirte, por ejemplo, que es propio de los espectadores varones ver el festejo empinando una bota de vino y entre trago y trago fumar un puro habano; vamos que a algunos sólo les falta darse golpes en el pecho como hacía el gran gorila Kin Kon en la película del mismo nombre. En cambio las pobres mujeres (las pocas que acuden a los toros acompañando a su hombre) su única ilusión es que algún torero las diferencie dedicándoles la muerte del toro, porque en general, ni siquiera miran al ruedo del espanto que sufren.
saludos.