Tribuna libre

La sanción del verano
Foto enviada por ruccio



Dicen que las pasiones son arriesgadas, peligrosas. Una pasión es una temeridad. Coinciden los filósofos en que pasión es sinónimo de padecimiento, y por lo tanto el afectado (¿o habría que decir infectado?) se convierte en sujeto pasivo –paciente– de su propia vida hasta extremos rayanos en lo suicida. El apasionado no tiene su futuro en sus manos, sino muy al contrario: es una barquilla zarandeada por los vientos de mil destinos, por las olas de mil azares. Pero él necesita resistirse a esa fragilidad, olvidarse de ella, negarla, y brea las ranuras de su cáscara de nuez con tres espesas manos de esperanza. Por eso se presenta en su templo pese a estar lloviendo a mares. No es suficiente disuasión: él va. Se planta allí. Y se queda mirando el portón con todos sus remaches chorreando agua como el arca de Noé, y no se abre. Pero él sigue mirando, no hay quien lo mueva. Y al final acaba llorando. La gente lo ve por la tele y se conduele: pobrecillo, dicen, para un día que tienen al año… Otros se parten de risa (lo cual también es otra pasión, aunque no lo sepan, y también tiene sus días de lluvia). Algunos, quizá la mayoría, no lo sé, contemplan la escena con perplejidad. No lo comprenden. Comprenden que lo pase mal, claro, eso sí: al muchacho (o a la muchacha) le gusta su cofradía y le fastidia que no salga a la calle. Pero de ahí a llorar… Tal vez si un día suspendieran un encierro de los sanfermines y salieran los pamploneses secándose las lágrimas con sus pañoletas rojas, la gente de por aquí abajo también le encontraría a la situación un puntito ridículo, grotesco, excesivo de desnudez. Porque no hay una fraternidad de pacientes; no hay una Hermandad de Apasionados. Cada cual se las avíe. Dadas las circunstancias, parece que solo la lucidez del desapasionamiento es capaz de vestir las vergüenzas del ser humano, según los códigos de comportamiento occidentales y civilizados que nos han convertido en lo que somos. Solo la invulnerabilidad del raciocinio pelado y de la emotividad controlada nos salva de la tentación de convertir la vida en un valle de lágrimas, en una decepción permanente, en un disfrute siempre incompleto (porque a lo mejor no llueve, pero ya no vive el padre o la madre, o sabe Dios qué otra cosa sucede). Solo sin pasión se sale ileso de la vida, dicen esos filósofos. Pero ninguno de ellos explica de qué vale la vida sin pasión, sin lágrimas mezcladas con la lluvia, sin exposición al ridículo, sin el zarandeo de los vientos, sin gente alrededor incapaz de comprenderlo, sin la brea de la esperanza. Sus libros terminan siempre antes de llegar a ese capítulo, porque para ese capítulo no hay palabras. Si las hubiera, nadie se quedaría mirando los portones repletos de remaches, mientras llueve. Y el mundo necesita urgentemente esa mirada.
C. R.

Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese. ... (ver texto completo)
Dicen que los andaluces somos exagerados. Espero que no lo digan los astrónomos. Cuántas veces han anunciado ellos, por ejemplo, que un asteroide del tamaño de Wisconsin iba a rozar la Tierra el martes siguiente (vamos, que les faltaba decir que nos lleváramos ese día a la calle un cepillo de la ropa para sacudirnos el polvo estelar de la chaqueta), y resulta que rozar la Tierra equivalía al doble de la distancia que hay de aquí a la Luna, más la mitad del cuarto. Exagerados los andaluces, sí. Claro, ... (ver texto completo)
RUCCIO. Hace tiempo que no me dirijo a ti, hoy lo haré con brevedad. Hablas de dignidad (ayer vimos las grandes pancartas escritas donde aparece la palabra dignidad). ¿Ha perdido la izquierda la dignidad? ¿Quién se la ha robado? Que yo sepa nadie.

Y que siga la reconquista, ¡ah!, pero antes de seguir conquistando le haré una pregunta: ¿Por que viene a Madrid la manifestación andaluza cuándo la gran manifestación tendría que ser delante de la Junta de Andalucía por culpa de los ERE? ¡Ca!, ¡eso ... (ver texto completo)
Tú siempre mezclando churras con merinas. ¿Te parece que no es posible una manifestación para protestar por lo que nos están haciendo? Somos idiotas la mayor parte de los españoles. Parece ser que no debiamos saber que a España se la gobierna desde Madrid. Y además como puedes estar tan seguro de que no hay mas corrupción en Madrid que en Andalucía. ¿Rwsponsabilidad política por corrupción? Pues debería Rajoy poner las barbas a remojar. Pero claro Magdalena es responsable pero Rajoy por la Gurtell ... (ver texto completo)
A los poderosos les gustan las metáforas, pero no las definiciones. Porque las metáforas son como de plastilina, se adaptan a lo que haga falta, por ejemplo a la fatuidad, al interés o a la nada, mientras que las definiciones obligan, comprometen y tienen una especie de rango de ley que no les gusta, ya que es una ley que no han hecho ellos y que por tanto (piensan ellos, en su egomanía) les perjudica, atenta contra su poder. Les gusta decir, por ejemplo, que una persona es más digna si se entrega ... (ver texto completo)
RUCCIO. Hace tiempo que no me dirijo a ti, hoy lo haré con brevedad. Hablas de dignidad (ayer vimos las grandes pancartas escritas donde aparece la palabra dignidad). ¿Ha perdido la izquierda la dignidad? ¿Quién se la ha robado? Que yo sepa nadie.

Y que siga la reconquista, ¡ah!, pero antes de seguir conquistando le haré una pregunta: ¿Por que viene a Madrid la manifestación andaluza cuándo la gran manifestación tendría que ser delante de la Junta de Andalucía por culpa de los ERE? ¡Ca!, ¡eso ... (ver texto completo)
A los poderosos les gustan las metáforas, pero no las definiciones. Porque las metáforas son como de plastilina, se adaptan a lo que haga falta, por ejemplo a la fatuidad, al interés o a la nada, mientras que las definiciones obligan, comprometen y tienen una especie de rango de ley que no les gusta, ya que es una ley que no han hecho ellos y que por tanto (piensan ellos, en su egomanía) les perjudica, atenta contra su poder. Les gusta decir, por ejemplo, que una persona es más digna si se entrega en cuerpo y alma a una tarea, porque son ellos quienes imponen las tareas; les encanta proclamar que un ciudadano es más digno si se sacrifica por su nación, porque son ellos los que deciden qué clase de sacrificio será ese, cuál su intensidad y su duración, cuáles sus efectos y cuáles sus beneficiarios. Les encanta envolverlo todo con un orden moral, porque el orden moral es tradicionalmente inapelable, es un sí porque sí y un no porque no, que son sus respuestas favoritas, a falta de metáforas. Pero odian la definición, es algo superior a sus fuerzas. No están dispuestos a permitir que nadie les diga que la dignidad humana es el valor que toda persona tiene por el hecho de serlo. Ya esté sucia o limpia, medio aplastada o con la efigie borrosa, una moneda vale lo que vale. Al ser humano le sucede lo mismo. Ya sea más listo, más feo, más botarate o más sensible, le sonría la suerte o se carcajee de él el infortunio, presente unas piernas de infarto o una barba de tres días decorándole la papada, tenga una bota en la cara deformándose los rasgos o sea el dueño de esa suela opresora, todo ser humano comparte una misma tasación elemental con sus congéneres. Y es esa característica común, ese valor, lo que define qué cosas merece, de qué derechos puede disponer y qué libertades le corresponden por el simple hecho de ser una persona. Lo cual significa que nadie es menos ni más que nadie. Y es eso lo que no pueden soportar.
Pero les guste o no a los poderosos, los ciudadanos han empezado a definir la dignidad, y por lo tanto a definirse a sí mismos, a pronunciarse. La marcha sobre Madrid que hoy se celebra con columnas humanas procedentes de toda España es la escenificación, la constatación, la proclamación y la celebración de ese descubrimiento largamente aplazado. La expresión, convertida en muchedumbre, de que todo ser humano debe vivir libremente y sin miedo, en convivencia pacífica y sin sufrir represalias por el ejercicio de esa libertad sagrada. El coro de voces que dicen que las personas están antes que el dinero, que mandar a una criatura a dormir a la calle es un crimen contra toda la humanidad, como lo es regatearle el trabajo, escatimarle la vida, hurtarle su bienestar, su educación y su salud para que cuadren las cuentas (descuadradas por motivos bien diferentes e inconfesables) y saquearle los derechos en nombre de los bonus de los encorbatados hijos de Eva. Esto de hoy está lejos de ser una anécdota. Se llama marcha, pero es solo un paso. Un paso adelante que no admite vuelta atrás. Habrá quien quiera ver en esto una simple metáfora. Pero harían mejor viéndolo como una definición. Más que nada, por dignidad. Incluida la suya.
C. R.

Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese. ... (ver texto completo)
Dedicar un día a la paternidad es como dedicarle un día a la nubosidad. Un absurdo. Los padres, incluidos los putativos, ya gozan del amor incondicional de su prole (si gozar fuese el verbo). Les dan palique las cajeras del súper cuando pasan los pañales por la cinta, se les consiente cualquier inmoralidad en nombre del pan de sus hijos, les regalan tartas de arándanos las vecinas, les hacen descuentos en las universidades (porque encima han logrado que, administrativamente hablando, ser padre de ... (ver texto completo)
El pasado 30 de enero se publicó la Orden INT/77/2014, de 22 de enero, por la que se regula el uso general del uniforme del Cuerpo de la Guardia Civil. Lejos de atender exigencias ciudadanas y de las instituciones de la Unión Europea, la norma presta especial atención –entre otras cosas- a la celebración del próximo Carnaval. Tal y como suena. De hecho, y para evitar el uso de los uniformes con este fin, el artículo 7.3 de la citada Orden establece la prohibición de su uso público por personas ajenas ... (ver texto completo)
QUE NO NOS ENGAÑEN.

Cuando hablamos del crecimiento de una economía podemos imaginar que es como el crecimiento de un globo de material flexible y lleno de aire. A medida que hay más transacciones económicas, el volumen de la economía crece. De la misma forma, a medida que se introduce más aire en el globo, su volumen crece. Si se habla de un crecimiento del 3% cada año, lo que se está diciendo es que el volumen del globo tiene que aumentar cada año 3 unidades de volumen de cada 100 que tiene ... (ver texto completo)
Ciudadana, aquí tienes la respuesta a tu pregunta sobre la reconquista.

Feijóo: “La Transición se completará cuando en Andalucía gobierne el PP
El futuro líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, continúa sumando desaciertos en su aterrizaje en la comunidad. Aunque esta vez no ha venido de su parte, sino de quien lo ha acompañado este lunes en Sevilla. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado que “la Transición española se completará cuando en Andalucía gobierne ... (ver texto completo)
No estaríamos muy equivocados al afirmar que, en la actualidad, existe un concepto que comparte buena parte de la población española: jartible. Valga como botón de muestra aquel ciudadano jartible que increpó al expresidente González durante la presentación de su último libro. Aunque jartible no es un concepto calificado por la RAE, seguidamente aportamos elementos que, después, tomados juntos, ayuden a clarificarlo y, sobre todo, visualicen a ese buen puñado de ciudadanos jartibles.
El primer y ... (ver texto completo)
Todas las borrascas llevan consigo un otoño, da igual la época del año en que vengan. Y por largo o breve que resulte ese otoño provisional, por veraniego o por invernal que sea, en todas las ocasiones me acuerdo de Gustavo Adolfo Bécquer, no tanto por sus poemas y sus narraciones como por su soledad (porque la soledad es, como se sabe, la razón de ser de los otoños). Bécquer está solo en su precioso monumento del parque de María Luisa, enjaulado para que los salvajes no lo destrocen. Y casi igual ... (ver texto completo)
Hasta los gorgoritos de la guitarra subían congelados la otra mañana por la costanilla que, pegada al Alcázar, enlaza la majestuosidad imperial del Triunfo con la humedad blanca y empedrada de la plaza de la Alianza y el barrio de Santa Cruz. Hacía frío incluso para los turistas, y aquel músico, allí sentado al pie de la muralla más solo que un muerto, le rascaba la barriga al instrumento sacándole un ronroneo agradecido, precioso y melancólico que hacia descender a las cigüeñas (su único público, ... (ver texto completo)
Aprovechando que el ordenador se puso a configurar las actualizaciones de Windows, he viajado a Burgos a por queso con la agradable sorpresa de ver que en cierto barrio popular de por allí, llamado Gamonal, la gente todavía no está muerta del todo. No está muerta del todo, no, contra el criterio mayoritario de la sociedad española. Yo pensaba que sí, que encontraría los alcorques, los zaguanes, las marquesinas y los pasos de cebra llenos de cadáveres, como en toda España. O puede que sea un efecto ... (ver texto completo)
Salvo en el tamaño de las orejas (de algunas orejas), esto cada vez se parece más a La guerra de las galaxias. El espíritu de la corrupción escondido tras el decorado de una democracia; el poder económico aplastando a los pueblos; la soledad del bondadoso y del justo, incapaz de hacerse eco entre los ronquidos de una sociedad egoísta y a la deriva; la aniquilación del débil, expulsado a los inframundos; la nobleza entendida como enemiga; los cazarrecompensas apostados en todos los corredores de todos ... (ver texto completo)
PRIMERO. Me gusta leer sensateces que acusan a insensatos: de tal pantomima. advertí, de la basura también, a sabiendas de que no es cosa reciente, la he sufrido en mis carnes.
Sabíamos y sabemos, (algunos) que la mentira se ha instalado a la par que la corrupción, allí donde precisamente está para servirnos., y, aceptando unas migajas hemos mirado para otro lado: también es costumbre que viene de siglos.
-Costumbre de aceptar que nos calcen zapatos hambrientos
-Y dejarnos ultrajar por los que ... (ver texto completo)
Salvo en el tamaño de las orejas (de algunas orejas), esto cada vez se parece más a La guerra de las galaxias. El espíritu de la corrupción escondido tras el decorado de una democracia; el poder económico aplastando a los pueblos; la soledad del bondadoso y del justo, incapaz de hacerse eco entre los ronquidos de una sociedad egoísta y a la deriva; la aniquilación del débil, expulsado a los inframundos; la nobleza entendida como enemiga; los cazarrecompensas apostados en todos los corredores de todos ... (ver texto completo)